El “King” aseguró que vive sus últimos meses en el fútbol brasileño. Dijo querer cumplir con su contrato para luego despedirse. Atención, albos.
Hace apenas algunas horas, a Jacqueline Pardo, madre de Arturo Vidal, le bastó con una fotografía para levantar una serie de rumores respecto del futuro de su hijo. La fotografía, de todos modos, era elocuente, como también lo era el mensaje de ella: aparecía el volante nacional, en sus primeros años de carrera, sin tatuajes ni su característico mohicano, antes de cruzar el charco, en un partido de Colo Colo. “Cuánto sueño con verte nuevamente con esta camiseta mi bebé”, se completaba la escena. Lo que más llamó la atención sin embargo fue, allí mismo, la respuesta de Vidal al comentario de un hincha: pulgar arriba a la solicitud de hacerle caso a su mamita.
El histórico futbolista nacional sabe mejor que nadie que no lo está pasando bien en Brasil. El que debía ser un sueño, vestir la camiseta de un club que siempre quiso defender, como el Flamengo, en resumen no ha sido como imaginaba.
Por lo mismo, ni bien llegó al país, para sumarse a los entrenamientos de La Roja con miras a los amistosos contra República Dominicana y Bolivia, el “King” entregó algunas pistas sobre lo que le depara el futuro:
“Claramente no seguiré en Brasil después de diciembre”, dijo de entrada.
Y consultado por una posible opción de regresar al “Cacique”, tampoco se cortó: “Me encantaría volver”.
Pero inmediatamente bajó un cambio y optó por la mesura: “Quiero cumplir lo que me queda de contrato y ojalá ser campeón con Flamengo en los tres torneos que tenemos, pero después veremos qué pasa. Sería una falta de respeto hablar de Colo Colo porque tengo contrato con Flamengo”.
Su suplencia en el Fla
En julio del año pasado, Flamengo anunció a Arturo Vidal como su flamante refuerzo para enfrentar el tramo final de la Copa Libertadores.
El volante nacional, que venía de cumplir una destacada labor en el Inter de Milán, en varias ocasiones había jugueteado con la opción de vestir los colores del Mengão, de modo que los torcedores estaban encantados con su arribo. De hecho, fue presentado como una especie de rockstar. Y al poco andar cumplió para lo que lo trajeron —también, un sueño personal—: en Guayaquil, el Fla se impuso al Athletico Paranaense y levantó la tercera Copa Libertadores de su historia.
Pero de pronto él, así como el equipo, se vino abajo. El Flamengo no fue capaz de competir en el Brasileirão, se quedó prematuramente afuera en el Mundial de Clubes y perdió la Recopa ante Independiente del Valle. Vidal, a esas alturas, ya no mantenía una relación cordial con los hinchas: ellos pedían su salida.
Con la llegada de Jorge Sampaoli se creyó que su situación podría cambiar. El casildense lo tuvo como uno de sus regalones cuando recaló en La Roja, y en principio le dio minutos. Pero poco a poco se los fue quitando en desmedro de otro chileno: Erick Pulgar. En el último partido, a modo de ejemplo, Flamengo se impuso 3 a 0 al Gremio y trepó hasta la tercera ubicación del torneo doméstico, pero el “King” ni siquiera entró a la cancha.
Por si fuera poco, las últimas informaciones que llegan desde Brasil es que el Mengão tiene avanzadas negociaciones para quedarse con el concurso de Allan, futbolista del Atlético Mineiro que cumple una función idéntica a la de Vidal.
De ahí que el volante piense en su salida del balompié brasileño. Sobre eso, su compleja actualidad, también tuvo palabras:
“Me siento súper bien, estoy 100% y es una decisión técnica que hay que aceptarla. No la comparto, pero así es. Esta vez me está tocando así y si me toca jugar de titular lo dejaré todo”.
Cerró con una frase muy de él, de su estilo: “El viernes verán cómo estoy”.
Lee más en La Cuarta:
—Carlos Caszely: “Dicen que nadie es profeta en su tierra… no, yo soy profeta aquí”
—”Son tan sensibles en la televisión…”: José Antonio Neme habló sobre su encontrón con Roberto Cox