Pensé que con el paso de los meses el dolor iba a disminuir, pero la realidad es que en la medida que el Mundial se acerca la pena es incluso cada día más grande. No me conformo.
No puedo creer que no vamos a estar en Rusia. La majestuosa presentación de Alexis en el Manchester United abrió un poquito la herida nuevamente. ¡Cómo es posible que un jugador de esa categoría no esté presente en la máxima fiesta del fútbol!
Es cierto, lo peor ya pasó y de hecho la selección tiene buenos amistosos confirmados contra Suecia para marzo, con Polonia antes del Mundial y se habla de una posible gira por Asia para agosto. Buenas señales de reactivación de la Roja… pero tengo que ser honesto: me cuesta mucho interesarme por estos partidos.
Es muy doloroso volver a ser comparsa. Asumir que Chile simplemente no será protagonista. Volver a sacar conclusiones de partidos de entrenamiento, de exhibición.
Mientras, queda el consuelo que el profe Rueda por estos días trabaja duro para conocer el fútbol chileno lo más rápido posible y detectar qué jugadores jóvenes puede sumar al grupo ya consolidado.
Sin perder el tiempo, ya está en Qatar en un Congreso FIFA (hay que mantenerse actualizado con las nuevas tendencias) y luego pretende reunirse en Europa con los referentes de la Roja.
Después irá a México a visitar a la armada. Sí, el proyecto parece serio y coherente y ojalá podamos revalidar el bicampeonato de América. Tenemos materia prima.
El tema es qué hacemos por mientras ¿Cuánto tiempo podrá durar esta depresión? ¿Será hasta que pase el Mundial? Dicen que las penas del fútbol se pasan con fútbol. El problema es que nuestro próximo partido oficial será recién en junio del 2019, para el debut de la Copa América de Brasil. Se ve tan lejano…
Que pase rápido el tiempo. Por favor.
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