En Brians 2 se escuchó el silencio.

El martes por la mañana, allí, en la celda personal donde aguarda Dani Alves desde el 23 de enero, luego de que lo trasladaran desde una prisión vecina tras apenas setenta y dos horas, el brasileño no quiso pronunciar ninguna palabra. O quizá no pudo.

Pero lo cierto es que, según reporta el programa Cuatro al día de España, esa fue su reacción cuando se enteró de que la Audiencia de Barcelona había rechazado la apelación para quedar en libertad provisional mientras se celebrara el juicio que pesa sobre su figura.

Su equipo de defensa, a cargo de Cristóbal Martell, ofreció de todo a la jueza para sacar al brasileño de prisión: pago de fianza sin importar demasiado el monto, quitarle el pasaporte, llevar una pulsera telemática o, inclusive, la obligación de presentarse a diario en los juzgados para firmar.

Todas, alternativas para dejar en claro que el futbolista no tenía planeado, por ningún motivo, abandonar el país ibérico, tal vez el mayor miedo por parte de la Justicia en caso de liberarle.

Pero no hubo caso: la jueza desestimó el recurso, y aunque de inmediato Martell y compañía gritaron a los cuatro vientos que el ex Barcelona es inocente, seguirá en prisión probablemente por algunos meses o un año, como mínimo. A menos que resulte otra estrategia…

La nueva estrategia para sacar a Alves

De acuerdo a la información que concedió el medio La Razón, la defensa del brasileño ya diseña una nueva estrategia que le posibilite salir de la cárcel. Ahora el relato se dividirá en dos vías: “que hubo consentimiento por parte de la víctima y la ‘narración desvirtuada’”, acogiendo los informes forenses como prueba.

El letrado hace unos días aseguró que las lesiones de la joven de 23 años que acusó de violación a Alves, no se correspondían con una agresión sexual. En esa misma línea, en las últimas horas insisten en que el análisis del flujo vaginal confirmaría que hubo consentimiento.