La semifinal entre Chile y los trasandinos terminó con escándalos producto del pésimo arbitraje
La rivalidad futbolística entre Chile y Argentina tuvo un álgido momento en el Mundial Sub 20 jugado en Canadá, cuando en el año 2007 La Roja se enfrentó a la Albiceleste por las semifinales del torneo. Un duelo que quedó en la historia y es recordado con recelo por los fanáticos nacionales, quienes no se olvidan de esta disputa que podría ser catalogada como un verdadero robo.
La cita fue en el National Soccer Stadium de Toronto, cuando el conjunto chileno tenía a José Sulantay en el banco, mientras que del otro lado de Los Ándes tenían a Hugo Tocalli como DT, pero el protagonista de la jornada fue sin dudas el árbitro alemán Wolfgang Stark.
Este duelo se jugó un día jueves 19 de julio, y lo curioso es que solo días antes, los argentinos vivieron un amargo momento futbolístico, cuando el 15 de Julio, la selección adulta llegó a la final de la Copa América de Venezuela, donde se encontraron con la entonces campeona continental: Brasil. En dicha instancia, la albiceleste fue aplastada por 3-0, dañando la moral del plantel, por lo que ahora tenían la misión de llevarle una alegría a su país.
Un prometedor equipo que jugó contra el árbitro
La plantilla de La Roja estaba llena de jugadores prometedores, que llenaban de ilusión a un país entero y que llamaban la atención del fútbol europeo, algunos de ellos ya daban sus primeros pasos en el fútbol del Viejo Continente, y forjaron los cimientos de lo que años después conocimos como la Generación Dorada.
La formación titular contaba con Cristopher Toselli al arco, una zaga compuesta por Nicolás Larrondo, Hans Martínez, Cristián Suárez y Arturo Vidal. Poco más adelante se posicionaron Dagoberto Currimilla, Gary Medel, Eric Godoy y Gerardo Cortés. El ataque estaba a cargo de Mathías Vidangossy y Nicolás Medina.
Iniciado el partido, el conjunto del otro lado de la cordillera se puso en ventaja rápidamente con un gol de una figura que sería recurrente entre los duelos Argentina vs. Chile del futuro: Ángel Di María, quien en el minuto 12′ abría el marcador con un zurdazo inatajable para el entonces portero cruzado.
Hasta ese momento había sido un encuentro justamente ganado y con un arbitraje imparcial, sin embargo la cancha se empezaba a inclinar con el correr de los minutos, jugando con la desesperación de los chilenos.
La primera polémica llegó a los 15′, cuando un balón disputado entre Medel y Mercado salió de la cancha. El Pitbull metió un cuerpo que dejó tendido al rival, pero el defensor argentino aprovechó la caída para lanzar una patada al jugador de La Roja, quien fiel a su estilo hizo justicia por su cuenta y pateó la pelota en contra del trasandino.
Si bien no fue un tiro certero, su oponente se hizo el afectado, tocándose la cara como le hubieran pegado un puñetazo. El juez alemán no la pensó y le creyó, mostrando de inmediato la tarjeta roja al chileno, y sin sanción al otro jugador.
“Deberían haber sido expulsados los dos para mi gusto, pero es mucho más evidente y más obvio lo que hace Medel. Una torpeza absoluta y mayúscula”, relató Pedro Carcuro para la transmisión oficial.
Con uno menos en la cancha, Argentina comenzó a jugar su juego, y con ayuda de Stark, se les concedió una serie de tiros libres que con la tecnología actual sería un escándalo cobrar. Los piscinazos y las amarillas no tardaron en llegar y uno a uno el mediocampo y parte de la defensa fue amonestada, condicionando su participación.
Un segundo tiempo para el olvido
Tras el descanso, la situación no cambió en el complemento, y la tónica seguía siendo la misma, cualquier jugada un poco dudosa, fue cobrada como una falta a favor de los trasandinos. La cara de indignación en el plantel nacional era evidente, y ya ni se tomaban la molestia de reclamar el árbitro, quien creía todas las simulaciones de la albiceleste.
En el minuto 59′, hizo ingreso a la cancha Mauricio Isla para dar salida por la banda al equipo de todos, pero solo minutos después llegó el 2-0 a favor de los argentinos. Con el avanzar del partido el panorama era el mismo, y en los 70′ ya estaba la mitad del plantel nacional con tarjeta amarilla, incluyendo al arquero por reclamos.
A un equipo totalmente desmoralizado, perdiendo por dos goles, con dos jugador menos luego de la expulsión de Currimilla, y totalmente condicionados, Sulantay realizó un último cambio para que ingrese Alexis Sánchez, con la ilusión de que el tocopillano pudiera acortar la ventaja, pero las cartas ya estaban jugadas.
Cuando se jugaban los descuentos, Vidal intentó una jugada personal en el área rival, pero lo bajaron con una evidente falta, pero convenientemente el juez Stark no la vió y dejó jugar. Con el King en el suelo, y los jugadores reclamando, Argentina aprovechó para armar una contra que terminó en el 3-0 definitivo en el minuto 90+3.
Terminó con escándalo
Tras el pitazo final, Vidal no contuvo las lágrimas y el banco de La Roja saltó a la cancha para reclamar por el vergonzoso arbitraje, sin embargo el juez alemán se apresuró en dirigirse a los camarines y dejó a los asistentes escuchando las quejas del cuerpo técnico.
La situación se descontroló aún más cuando algunos jugadores chilenos se dirigieron a las gradas para saludar a sus familiares y amigos que los estaban alentando, sin embargo, sufrieron con la represión policial y acusaron a las fuerza del orden de propasarse. “Nos golpearon solo por ir a saludar y nos pusieron corriente, mucha”, indicó Gary Medel tras el incidente.
Se armó una gran mocha en la que incluso Alexis Sánchez se metió para ayudar a uno de sus compañeros, sin embargo se llevó la peor parte y terminó esposado. “Siento mucha impotencia. Vi sangrando a un compañero, fui a ver y salí perdiendo”, declaró en esta instancia.
Años más tarde, Sulantay recordó este partido, señalando que incluso desde antes del pitazo inicial sabía que algo no andaba bien. “Ese día venían entrando (Julio) Grondona, presidente del fútbol argentino, (Fernando) Niembro, que mandaba toda la televisión argentina, el presidente de la Conmebol en ese tiempo, Nicolás Leoz, y yo le dije a mi ayudante, Rodolfo Dubó: compadre mire, estamos muertos”, recordó el DT con TVN.
“Lamentablemente fue en un partido que era crucial, y no me arrepiento de pensar de que estuvo todo manejado, porque el árbitro fue un desastre. La prueba está en que tuvo que salir arrancando de la cancha, él no salió caminando, salió corriendo, arrancando”, recordó el difunto entrenador.
Tras el partido, La Roja disputó un último duelo ante la selección de Austria, derrotando a los europeos 1-0 y quedándose con el tercer lugar del Mundial Sub 20. Por otro lado, los trasandinos alzaron el trofeo global tras vencer 2-1 a República Checa.