“Dalma” y “Gianinna”: la íntima historia de los tatuajes más emblemáticos de Maradona

Maradona y tatuajes.

Eran los tiempos en que el ídolo argentino viajaba a Cuba para recuperarse de su adicción a las drogas, cuando tomó una decisión muy a su estilo.

Agustín Mederos Guerrero, de 26 años, recién llegaba a su casa aquella tarde del 2004, cuando notó que un taxi lo esperaba afuera de su hogar. Se bajó del auto una mujer, quien le hizo una improbable propuesta:

—Diego quiere que le hagas un tatuaje.

—¿Quién es Diego? —contestó el tatuador, confundido.

—Diego Armando Maradona

—¿Cuándo?

—Ahora.

Por aquel entonces, el ídolo argentino se encontraba en Cuba, en la clínica La Pradera de La Habana, donde buscaba rehabilitarse de las drogas. Iba y venía al país caribeño, por lo que pasaba largos periodos sin su familia, entre ellas sus hija Dalma y Gianinna, nacidas de su relación con Claudia Villafañe.

Poco después, según consignó Infobae, después de la inesperada propuesta, el propio “10” se presentó donde el artista, que alistaba sus tintas y agujas para hacer su trabajo. “El genio del fútbol mundial” llegó una con una pelota en las manos, haciendo uno que otro jueguito mientras se alistaba para marcar su piel.

Maradona quería “varios” tatuajes, por lo que Mederos se fue para la clínica a hacer un trabajo que duraría tres días. Las inscripciones eran en sus antebrazos: un homenaje a sus dos retoñas mayores, Dalma y Gianinna. El difunto futbolista se inmortalizó los nombre de ambas, acompañadas por la frase: “Mi vida”, en color negro y con tipografía estilo antiguo, tipo medieval.

Maradona y tatuador.

En esos ires y venires a tierras cubanas, una vez él dijo: “Me voy triste porque dejo a mis hijas y a la gente que me quiere, pero viajo en busca de un futuro inmediato mucho mejor”. Claro, el “10″ las extrañaba y, como siempre acostumbró, quería recordarlas con grandilocuencias, con un gesto de gran escala.

Recuerdos y homenajes heredados

Aquellas jornadas son recordadas con profundo afecto por Agustín Mederos, quien compartió una foto de la ocasión vía Instagram en 2019: “Este momento tuve una fortuna de haber tocado al Pibe de Oro, Diego Armando Maradona, gracias mi amigo, saludos”.

Brazo de Maradona.

Un año después, cuando llegó la muerte el 25 de noviembre, volvió a homenajearlo: “Tuve la dicha, y con orgullo, de conocerlo”, declaró. “Pero hoy tuve la desagradable noticia del fallecimiento de mi amigo”, quien es el “más grande de los tiempos”, y “que en paz descanses amigo”.

Un mes después del deceso, sus hijas compartieron una emotiva publicación en sus redes sociales.

“¡Acá va uno de los tatuajes que nos hicimos con Giani y, obvio, lo queremos compartir con ustedes por si alguien se lo quiere hacer con nosotras!”, escribió Dalma. ¡Avisen y les pasamos el original!”.

Se trataba de un tatuaje que se hicieron en sus tobillos que consistía en un pequeño “(10)”, que era parte del la firma de Maradona, inmortalizado en en la piel de sus retoñas.

Tatuaje de Dalma y Gianinna.

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