El gerente deportivo de Everton quedó "atrapado" en una marcha en Viña y no dudó en bajar del auto para acompañar a la gente. "Me hablaron de salud, de desigualdad", contó.
Quedar encerrado entre manifestantes debe ser igual de aterrador que escuchar la frase "cabros, esto no prendió". Y si para el baile tiene menos condiciones que el "King" como revolucionario, peor. Pero si una vez la Raquel Argandoña dijo "yo soy de ahí, de la galería, soy de ustedes", era obvio que Gustavo Dalsasso se uniría también a la causa.
Para que entienda: el ex portero de Everton vivió en carne propia el ritual de "el que baila, pasa" la mañana del martes, luego del entrenamiento. Y en lugar de ponerle color y recordar que todavía le tiran tallas a Lagos Weber por su cueca del 2007, el actual gerente deportivo del club se bajó de su BMW y le puso empeño.
"Nosotros adelantamos la práctica por la manifestación, y justo ese día mi hija me llama, necesitaba que pasara a un lugar, así que agarré el auto sin pensar y me fui hasta la rotonda Santa Julia, que está saliendo del complejo. Vi que los autos venían en contra y, al darme cuenta, ya estaba dentro de la protesta", explicó el ídolo del "Oro y Cielo".
- ¿Y entonces?
Gracias a Dios andaban hinchas evertonianos, me conocieron, me dijeron que me quedara tranquilo y que si quería me devolvía, pero me bajé y los acompañé hasta el semáforo, fue divertido. Me sentí protegido, era una gran caravana.
- ¿Habías pensado que aquello podía pasar?
No, nunca. Yo apoyo el movimiento, pero no he podido participar por tiempo u otras cosas. Lo bueno es que me reí harto. Capaz que en otro contexto, con hinchas de Wanderers o Colo Colo, no hubiera sido tan simpático. Hubo respeto, avancé varias cuadras con la ventana abierta y tocando la bocina. No voy a negar que hubo un grado de nerviosismo al no saber cómo iba a reaccionar la gente, estaba preocupado, pero fluyó.
- ¿Te defiendes con el baile?
Nooo, soy un desastre. Tienen un cantito y yo traté de enganchar, seguir el ritmo. Agarré el termo y empecé a pegarle con la bombilla, incluso la yerba se me cayó en el piso del auto. Y no me fijé que me estaban grabando. Varios amigos fuera del fútbol me enviaron videos.
- ¿Qué te dijo la gente?
Que los tenía que apoyar, me hablaron del sueldo mínimo, transporte, desigualdad, salud, luz. Todos tenemos nuestros quilombos, todos laburamos para vivir. La gloria linda de trabajar dos horas como futbolista se pasó hace varios años, jajajá. Hay que reinventarse.
- ¿Y cómo se puede pensar en volver a jugar?
El fútbol es un ente sociabilizador, paró guerras en distintos países, no es una isla, no estamos fuera de lo que pasa en la sociedad. Nosotros debemos entrenar, estamos trabajando como si tuviéramos que jugar cada fin de semana. Si no salimos, perdemos los puntos. Es complejo, pero ojalá que tomen buenas decisiones y que se iluminen para darles mejor futuro a todos los chilenos.