El delantero puntarenense fue el primer refuerzo de los azules de cara a la presente temporada. De entrada, se echó el equipo al hombro, se ganó la capitanía y el cariño de la hinchada. Se decía, entonces, que iba en franco camino a convertirse en un referente de la institución. Pero algo se quebró: se derrumbó como el resto del equipo y su aporte se fue diluyendo. Hoy, cara visible de varias polémicas, su situación es muy diferente.
La memoria suele ser frágil en estos casos. Por eso, ahora que Ronnie Fernández es señalado casi como un villano, coprotagonista de apenas la última de un sinfín de polémicas que han perseguido a la Universidad de Chile en otro año para el olvido, y ahora que devino acaso en el blanco de las críticas de los hinchas azules, que acusan tanto su falta de gol como la cantidad de fouls y reclamos en su juego, vale la pena recordar que el inicio de esta historia fue todo lo opuesto.
Hay que rebobinar, eso sí, hasta diciembre de 2021. Recién concluido el certamen que los universitarios padecieron hasta sus minutos finales, en ese recordado cierre donde “Cachila” Arias y Junior Fernandes evitaron el segundo descenso de su historia, comenzó el rearmado del plantel de cara a la siguiente temporada. Luis Roggiero, entonces prometedor gerente deportivo, se movió con rapidez en el mercado y cerró el fichaje del delantero puntarenense proveniente de Santiago Wanderers.
Pero claro, su llegada generó dudas. Primero, porque la contratación de un delantero centro suponía la casi segura salida de Joaquín Larrivey, y porque Fernández tampoco parecía haber destacado lo suficiente en el puerto como para vestirse de azul: marcó tres goles en once partidos en un cuadro que, en definitiva, perdió la categoría.
Como sea, fue cuestión de tiempo para que el artillero disipara la desconfianza. En la pretemporada del elenco que dirigía el colombiano Santiago Escobar fue uno de los pocos que aprobó. En Argentina, marcó un golazo de cabeza frente a Boca Juniors y trasladó su buen momento al campeonato nacional. En el inicio, fue figura ante Unión La Calera y Deportes Antofagasta, dos victorias que inevitablemente ilusionaron a los forofos azules.
Contra Los Pumas, de hecho, Fernández marcó el tanto de la victoria de manera agónica. Además, con una visible herida en el codo que a otro probablemente le hubiera hecho salir minutos antes. “Vi el hueso, me dio mucho miedo, pero el doctor me dijo que era un hueso que no tenía mucho músculo. Así que me pusieron un corchete y a jugar”, sacaba pecho frente a los micrófonos el delantero tras el pitazo final.
“Se convertirá en un jugador importante, me parece muy símil a la llegada de ‘Gino’ Cofré. Es un jugador que lucha cada balón, que tiene personalidad, no tengo dudas que se ganará rápidamente el cariño de la gente”, decía por aquellos días Horacio “Carepato” Rivas, referente de la “U” de fines de los ochenta, en los medios.
Para entonces, Ronnie era percibido como el líder de una Universidad de Chile que prometía mejorar el rendimiento exhibido los últimos años. Más allá de su aporte goleador, lo que destacaba al “Habibi” acaso por sobre el resto era su voz de mando, su injerencia en determinadas instancias, como suelen ser las arengas o las charlas con el resto de sus compañeros. Instancias que, por cierto, los hinchas podían apreciar oportunamente a través de los canales oficiales del club.
Así las cosas, al poco andar, tras la llegada de Álvaro Brun y la consecuente salida del equipo titular de Felipe Seymour, quien agarró la jineta de capitán fue él.
Pero como le pasó a la “U”, también le pasó a Fernández: se vino abajo. Desde entonces, en un equipo que se olvidó de ganar, que dejó de competir, apenas sumó tres anotaciones —de penal ante Curicó Unido, La Serena y Colo Colo— y su aporte al equipo se fue diluyendo al punto de que los mismos hinchas que, en un principio, lo veían como un potencial referente, ahora, en cada partido, piden su salida.
Puede haber ciertas teorías sobre por qué Ronnie Fernández produce hoy esa suerte de irritación, y claro, no todas ellas responden estrictamente al ámbito futbolístico. El delantero fue la cara visible de un par de polémicas que parecen haber roto definitivamente la relación a los ojos de algunos hinchas.
A fines de agosto, tras la derrota que sufrieron los azules por 0-3 a manos de Universidad Católica en el Estadio Nacional, el capitán azul explotó por el escenario que expuso el periodista de TNT Sports Marcelo Díaz. Él señaló que había sido vetado del Centro Deportivo Azul, lugar de entrenamiento del plantel, tras revelar que los jugadores habían celebrado un asado y que “eso molestó a los capitanes”.
“El deporte de darnos en el piso y de jactarse del mal momento que atravesamos se debe limitar a la verdad. Esto es totalmente falso, hablo a título personal, como capitán jamás tomaría decisiones personales que están alejadas de las necesidades e intereses de mis compañeros y del club”, respondió en aquella oportunidad Fernández.
Apenas dos semanas más tarde, cuando se concretó la salida de Diego López del banco del “Romántico Viajero”, el sitio EnCancha reveló la supuesta trama detrás de la frustrada llegada de Ronald Fuentes en su reemplazo. Acusaban a los referentes del plantel de sostener una reunión con el presidente de Azul Azul, Michael Clark, para hacerle saber que ellos preferían un nuevo interinato de Sebastián Miranda.
“Hay muchos dichos, dimes y diretes, que lo eligieron casi que los jugadores. Se especula que la gente del rancho de Felicevich lo eligió”, confirmaba la información Johnny Herrera, ídolo azul, en el programa Todos somos técnicos.
Entonces, de nuevo apareció Ronnie: “Hay cosas que la verdad uno no debería ni referirse, pero este tipo de daño sobrepasa cualquier opinión o gusto deportivo que pueda tener cada uno. Jamás me he quitado responsabilidad por lo deportivo, pero ya esto es una cacería sin medidas y falsedades que salen día a día”.
“La difamación ya es demasiada, siempre es un ‘según’, den sus fuentes y apunten públicamente con la verdad. Es lo único que declararé. Sigo fuerte y confiando en que sacaremos esto adelante junto a quienes nos apoyen”.
Y para cerrar un septiembre olvidable, en plenas Fiestas Patrias, el puntarenense publicó en su cuenta de Instagram una historia en clave Arturo Vidal: una imagen de su reproductor de música, en la que se podía ver que escuchaba “El Sapo del Barrio” de los Hermanos Campos. Por cierto, acompañó la canción con dos emojis, un sapo y una llama de fuego.
“Para los busca polémicas: lo de la cueca fue únicamente por todos los comentarios mala leche de los últimos días por parte de algunos medios en Twitter con sus fuentes inventadas”, se excusó más tarde, luego de eliminar la historia.
Ahora ese “palito”, sin embargo, cobra otra dimensión, si se toma en cuenta que el pasado fin de semana se descubrió la pelea a golpes que protagonizaron Fernández y el arquero Cristóbal Campos, luego de una discusión durante el entrenamiento. Precisamente en un momento en el que, parecía, los azules, tras el arribo de Miranda y un par de buenos resultados, lograban algo de paz.
De acuerdo al diario La Tercera, “la relación entre el ex goleador de Santiago Wanderers y el arquero formado en Universidad de Chile nunca ha sido cercana, sino más bien distante. Y como se trata de dos personalidades de fuerte presencia en el vestuario, ninguno quiso dar su brazo a torcer cuando se originó el conato, lo que derivó en la pelea”.
Un cercano a Fernández, en tanto, le dijo a EnCancha: “¿Cuál es el apellido de los cantantes de la mencionada cueca? Saquen sus conclusiones”.
“Una vez un tipo que quiero mucho me dijo: preocúpate más por quienes te quieren y se preocupan por ti. Los que te tiran mierda es porque están envueltos en su mierda”, fue parte del descargo que hizo el artillero en su Instagram.
¿Cómo termina la historia? Está por verse. El ambiente en Universidad de Chile dista de ser el mejor cuando faltan tres fechas para el cierre del campeonato y aún merodea el fantasma del descenso. Si bien ante La Serena los laicos dieron un paso clave en su lucha por el salve, deben confirmarlo este sábado ante Everton. De conseguir los tres puntos, prácticamente se aseguran continuar en la élite del balompié nacional. Después vendrá la semifinal de Copa Chile.
Contra los viñamarinos, eso sí, Ronnie Fernández no estará. El delantero, hasta ahora inamovible en el once de Miranda, sumó su quinta amarilla y quedó suspendido.
Los hinchas, molestos con su rendimiento y con su última controversia, de momento, celebran.