Según medios locales, la llegada del “King” al Paranaense no está exenta de problemas.
Habiendo puesto punto final a una trayectoria sin igual en el fútbol europeo —que presume títulos en la Juventus, Bayern Múnich, Barcelona e Inter de Milán—, Arturo Vidal se las arregló para concretar un anhelo de su carrera: jugar en el Flamengo. No se sabe con certeza cuándo ni cómo el volante nacional se enamoró del club, pero desde Europa, con la selección, cada vez que visitaba Brasil o mediante redes sociales, aprovechaba para coquetear con la torcida del Mengão, se sacaba fotos con la camiseta y les hacía saber que en algún momento vestiría sus colores. El jueves se hubiera cumplido un año exacto desde que firmó su arribo, que contempla una Copa Libertadores y una Copa de Brasil. Pero unas horas antes, de golpe, el sueño se acabó. Oficialmente digamos, porque la relación idílica entre Vidal y el cuadro carioca acabó mucho antes.
En concreto, Vidal llegó a disputar 51 partidos con la camiseta del Fla. En ese período rompió las redes en dos ocasiones y aportó tres asistencias. Fueron, en total, 2.338 minutos a los que además hay que sumarle once tarjetas amarillas y las dos vueltas olímpicas antes mencionadas. El problema es que ya no jugaba: sus últimos minutos, apenas siete, los disputó el 8 de junio en el partido contra Racing por la Copa Libertadores. Como titular, el dato es todavía más cruel: su último partido desde el inicio fue contra Ñublense, a fines de mayo, cuando Jorge Sampaoli recién llevaba algunos días en Río de Janeiro.
Lo que de seguro nadie sospechaba es que Vidal firmaría su salida de Flamengo para continuar con su viaje en el balompié brasileño. En el camino se habló de un firme interés de Boca Juniors e inclusive de negociaciones con el Inter de Miami para escudar a Lionel Messi en su nuevo desafío. Como en cada ventana de fichajes, también apareció el rumor de su retorno a Colo Colo, alimentado por alguna publicación de su entorno familiar.
Pero su destino en definitiva será el Athletico Paranaense, elenco que viene precisamente de jugar la final de Copa Libertadores contra el Flamengo, cuya máxima estrella —Vitor Roque— está vendida al Barcelona y donde milita el también chileno Luciano Arriagada. Allí, en el Furacão, Vidal buscará refrendar una frase que pronunció la semana pasada, aún en el Mengão: “No hay nadie mejor que yo en mi posición. Puedo hacer cosas que nadie más puede hacer”.
De todos modos, al menos los medios locales advierten que su llegada podría no ser muy bien vista por el camarín de su nuevo club:
“Desencadenará malestar en el centro de entrenamiento”, aseguró Augusto Mafus.
“Hay jugadores a los que se les ha negado un reajuste o cesión de derechos a otra asociación, y hay otros que ya quieren hablar de futuras renovaciones y no son escuchados”, añadió el columnista de UM Dois Esportes, en relación a que Vidal “entre bonos, intermediación y salarios tendrá un promedio de 400.000 reales por mes”.
En resumidas cuentas, el chileno se embolsará cerca de $80 millones de pesos mensuales en un elenco que hasta hace no mucho se encontraba apremiado por su situación financiera.
De acuerdo al medio Lance, había algunas pistas que invitaban a creer que Vidal en breve dejaría la disciplina del cuadro carioca. Por ejemplo, mencionan, “se quedó fuera del partido contra el Palmeiras, el sábado pasado, precisamente para no completar siete partidos y ser impedido de jugar por otro equipo en el Brasileirão”.
Finalmente, destacan que el bicampeón de América “podrá jugar el Campeonato Brasileiro y la Libertadores, pero está fuera de la Copa do Brasil, ya que se enfrentó al Fluminense con la camiseta de Flamengo en la competencia”. Así las cosas el debut de Vidal, quien ha dicho se siente en un 100%, debiera concretarse en los próximos días.
Lee más en La Cuarta:
—“¿Pedro?”: la extraña reacción de Pedro Carcuro que preocupó a televidentes