La gresca comenzó en el minuto 86' y casi todos los jugadores participaron. Fierro fue uno de los pocos que intentó calmar los ánimos.
Lo que debía ser un partido para probar estrategias de juego y nuevas alternativas en el 11, terminó en una gresca monumental.
Hablamos de la pelea que protagonizaron los jugadores de Colo Colo y San Luis en el "Campeonódromo", cuando se disputaba un encuentro "amistoso" entre ambas escuadras.
Todo comenzó en el minuto 86, cuando Damián Pérez y Gonzalo Rivas fueron a disputar el balón cerca de la banca que usan los dueños de casa. Y he aquí dos versiones: la primera dice que el volante canario le entró con todo al lateral albo, pero los visitantes aseguraron que fue Pérez quien golpeó a Rivas y, de hecho, aseveraron que llegó con el tobillo hinchado a Quillota.
Pero, al parecer, los referentes mapuches no creyeron en la buena intención del mediocampista y se pararon a reclamar airadamente. Gritos que provocaron la molestia de los amarillos, los cuales respondieron con varios luchitos marios y saludos a las madres de los dueños de casa.
Allí se inició la batahola. Empujones, chorezas y golpes se vieron en la cancha David Arellano. Todos querían "botar las tensiones" y nadie escuchaba el llamado a la calma que ambos técnicos (Héctor Tapia y Mauricio Riffo) hacían de manera desesperada.
Eso sí, la dupla pacificadoras no estaba sola. Gonzalo Fierro fue uno de los pocos que no se dedicó a repartir, más bien comenzó a separar y logró calmar a uno de los que más alterado estaba. Hablamos del central Matías Zaldivia. El mismo que había recibido amarilla en el primer tiempo y que sólo encontró la paz cuando el árbitro Felipe González decidió terminar el compromiso de manera anticipada.
Cabe destacar que ambas instituciones decidieron no hablar oficialmente del tema, pero fueron categóricos en desmentir que fuera una batalla campal o que las agresiones llegaran al límite de lo permitido.
En lo deportivo, los de la región de Valparaíso ganaron 2-1 al Popular.