El año de Tiane Endler: la reina del fútbol chileno que se despidió prematuramente de La Roja

Un breve repaso al año —y la carrera— de la más grande de nuestra historia.

Con 32 años y en el sumun de su carrera, nuestra mejor arquera le puso punto final a su historia con la selección, cansada de luchar por mejores condiciones para sus compañeras. Con más de un centenar de partidos luciendo la 1 de La Roja en la espalda, Endler se las arregló para competir en un Mundial, Juegos Olímpicos y asegurar una medalla en los pasados Panamericanos.

Esta historia esconde un componente formidable en el que pocos reparan: Christiane Endler, la mejor arquera del mundo —reconocida varias veces en los últimos años por la IFFHS, el diario inglés The Guardian y los premios The Best de Fifa— no era arquera. Desde que hizo del fútbol lo suyo, se presentó como una prometedora número nueve que de hecho llegó a ser convocada en esa posición para jugar por La Roja en categorías menores. Pero cuando tenía 16 años y Nibaldo Rubio la llamó con miras al Sudamericano Sub 17 de 2008, el histórico Marco Antonio Cornez advirtió en ella otras cualidades. Se lo comentó en cuanto pudo al técnico: la chica tenía el porte, la velocidad y en especial la reacción apropiada para pararse debajo de los tres tubos y cambiar la historia. Merecía la pena apostar. Tras escuchar el consejo, Rubio no opuso mucha resistencia y, contra todo pronóstico, tampoco ella.

Ya, yo soy arquera, dijo Cornez que le dijo Endler de un día para otro, previa conversación con sus padres, y luego se entregó por completo a una preparación que suponía empezar de cero. Para el exguardameta de Universidad Católica y la selección, “fue fundamental involucrar a la familia”. “Ella me pudo decir que no le interesaba y hubiese jugado de nueve y hubiese jugado igual”, comentó a La Tercera, “pero tenía todas las características para el arco”. Su capacitación consistió en una exigente rutina diaria por cerca de un año, de ocho a ocho, para fortalecer los principios cruciales del puesto.

Las manos que sacan más que el resto. Foto: Mario Dávila, Agencia Uno.

Al poco tiempo la aún incógnita Claudia Christiane Endler —vaya a saber uno por qué nadie la llama Claudia— se sumó a las filas de Unión La Calera y empezó a moldear su fantástico palmarés personal:

En su segundo torneo fue condecorada mejor futbolista chilena, galardón que se repitió los siguientes dos años y más tarde otros seis; tras un breve paso por Everton, que incluyó una final de Copa Libertadores y una Copa Chile, firmó su traspaso a Colo Colo, donde obtuvo cuatro campeonatos nacionales en dos etapas y la única Libertadores del fútbol femenino local, por cierto, atajando un penal clave en la definición por penales; su paso por la liga universitaria de Estados Unidos le abrió las puertas del Chelsea de Inglaterra; fue la primera jugadora extranjera en obtener el Premio Zamora a la valla menos batida en el Valencia español, y desde que aterrizó en Francia, primero en el Paris Saint-Germain y luego en el Olympique de Lyon, ha sido premiada cuatro veces como mejor arquera de la Division 1 Féminine, ganó tres torneos, dos Copas de Francia y dos Supercopas. Con el Lyon también celebró la Champions League. Ninguna futbolista chilena presenta semejante trayectoria.

Tiane Endler recibiendo su homenaje tras ser considerada la mejor arquera del año por los premios The Best.

Pero después de hacer todo este repaso, que de seguro le permitirá ser recordada para siempre como una de las grandes, sin temor a equivocaciones la mejor arquera de nuestra historia, podemos imaginar que Endler todavía guarda una pena.

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El hastío de Tiane Endler con quienes dirigían la selección chilena venía de antes, pero se hizo patente después de que el martes 21 de febrero, en Auckland, Las Rojas fueran superadas por su similar de Haití, en el papel un cuadro menor, perdiendo la oportunidad de ir a su segunda Copa del Mundo.

La guardameta y capitana había atajado un penal durante el partido, pero no fue suficiente. Con sus compañeras vencidas, llorando en el campo o en camarines, ella concentró su rabia en el planteamiento que dispuso el entrenador José Letelier, la mayoría del tiempo a la espera, agazapadas, sin mayor reacción: “Lo dejamos todo en la cancha, pero no teníamos más recursos. Se dijo hace tiempo y no se escuchó (...); hemos luchado en contra de muchos factores que han afectado a la selección y cuando tú haces una y otra vez lo mismo y no tienes resultados, quiere decir que hay algo mal y que algo hay que cambiar”.

Esa noche, en definitiva, lamentó que aquí “cuando uno dice la verdad, hacen mierda al que dice la verdad y no al responsable”. Las cartas desde entonces parecían echadas. De hecho, hubo un spoiler que nadie se tomó muy en serio: “Hay que esperar a ver qué pasa, cuáles son las condiciones con las que seguirá la Selección y tomaré la decisión si sigo o no”.

La cuidatubos llevaba años reclamando mejores condiciones para su equipo.

Mientras tanto su futuro en el pórtico del combinado nacional seguía en el aire, una decisión que apenas ella manejaba, Endler continuó con su sana costumbre de pulverizar récords. En mayo agregó el decimotercer título a su cuenta personal con el Lyon y su tercer trofeo a mejor arquera de la competición en línea. En septiembre, en tanto, fue nominada por quinta vez en su trayectoria al premio The Best.

Unos días antes de esto último, llegaron buenas noticias desde Francia. La capitana comunicó su intención de participar en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 —”una instancia maravillosa que puede cambiar nuestra historia deportiva y quiero ser parte”— aunque avisaba que como la cita estaba programada antes de la fecha Fifa, el Olympique de Lyon no estaba obligado a darle permiso para asistir. Es decir, tener a Endler dependía de una buena gestión de la ANFP.

“Me perdería un partido en el club, puede ser una situación complicada, pero espero que puedan llegar a una resolución”, dijo entonces.

Endler y uno de sus tantos premios.

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El último martes de octubre, después que La Roja le ganó 2 a 1 a Estados Unidos y aseguró su sitio en la final por el oro frente a México, Christiane Endler angustió a todos:

“Me voy contenta, feliz de asegurar una medalla. Conseguir la primera es algo increíble, ya me puedo retirar tranquila de la selección. No hay mejor manera de retirarse que ésta. Es el momento de pasar a otra página, es un ciclo cumplido (...); nada es eterno, es algo que pensaba desde hace tiempo. En dos años más es la Copa América y yo sé que hay buenas jugadoras para defender a Chile. He cumplido mis sueños, he tenido años maravillosos. Jugué un Mundial, Olímpicos y Panamericanos, ahora toca dar la oportunidad a otras”.

La capitana, en verdad, sabía de antemano que contra las norteamericanas sería su último partido en la competición. De poco habían servido sus advertencias dos meses antes: la ANFP no pudo convencer al Lyon y en cuestión de horas arrancaría su vuelo de regreso a Francia. Lo mismo le pasó después a Antonia Canales por sus compromisos con el Valencia, de modo que por no haber tomado las precauciones mínimas, para el duelo decisivo ante la escuadra mexicana el plantel de Luis Mena se quedó sin arquera y debió improvisar a la delantera María José Urrutia. Un bochorno que de cierto modo corroboró algunas de las críticas que Endler venía vociferando hace rato.

La guardameta lamentándose durante Santiago 2023. Foto: Manuel Lema, vía Photosport.

Pero la guardameta se despidió de La Roja por más que eso. Yanara Aedo, otra histórica, dejó entrever el clima adverso unos minutos más tarde: “Es un poco injusto, triste, que afuera la valoren y la quieran más que en su propio país”. La mediocampista de Colo Colo aludía con esa declaración al paquete de críticas que Endler debió soportar tras la derrota en fase de grupos precisamente ante México, donde asumió su responsabilidad en dos tantos. Estuvo también el improvisado homenaje que le dedicó la ANFP por su centenar de partidos en la selección. Bastará con decir que nada salió como planificaron por descoordinaciones con la organización de los Juegos Panamericanos. “Son situaciones que ojalá no vuelvan a ocurrir”, se quejó Luis Mena luego en conferencia.

El famoso homenaje de la ANFP. Foto: Dedvi Missen, vía Photosport.

Un comunicado dividido en diez puntos que las futbolistas —Christiane Endler la primera— publicaron una vez finalizó su participación en Santiago 2023 funcionó como desahogo:

“Lamentamos que la Federación no haya respaldado a nuestras compañeras explicando rápidamente los motivos por los cuales debían regresar. Esto las expuso a la desinformación de los medios de comunicación, generando una sensación mediática que dañó la imagen y reputación como futbolistas, cuando siempre han representando a nuestro país con compromiso y profesionalismo”, expusieron por ejemplo en el segundo apartado.

Pero, sin querer restarle trascendencia al resto, acaso el más importante sea el tercero:

Respaldamos la decisión de Christiane Endler, una líder y referente, de dejar la Selección. Si bien para algunos puede parecer una decisión de último momento, ésta responde a la demanda persistente y sin respuesta de mejoras en las condiciones de profesionalismo a lo largo de los años. En lugar de cuestionar su compromiso, hacemos un llamado a las dirigencias, medios y comentaristas a reflexionar internamente sobre qué se está haciendo para abordar nuestra creciente frustración. Esto, sin minimizar los errores acumulados a lo largo del tiempo”.

Al mismo tiempo que su retiro despertaba las más feroces críticas y los más tiernos mensajes de agradecimiento, muchos de ellos esparcidos en la mayoría de portales deportivos, Claudio Bravo, símil de Tiane Endler en La Roja masculina, guardameta y capitán histórico del seleccionado, el mejor arquero de nuestra historia, rompió su silencio en redes sociales para felicitar su carrera: “Todo mi cariño, todo mi respeto y toda mi admiración. Para mí, serás siempre la mejor. The Best”.

Cerró, como si respondiera a la pena más grande de Tiane: “Yo sí te voy a valorar siempre. Y más cuando los demás no lo hagan”.

La capitana Endler.

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