Con tan solo 20 años y aún en Universidad Católica, un inspirado “Pitbull” se encargó de anotar dos goles en momentos clave de aquella noche de junio del 2008. Si bien Chile contaba con un buen historial en el Hernando Siles, Bolivia no le puso nada fácil la tarea a los dirigidos por “El Loco”.
El proceso de Marcelo Bielsa aún despertaba dudas. El empate ante Uruguay en Montevideo con dos goles de Marcelo Salas —quien quemaba heroicamente sus últimos cartuchos con La Roja— quedó empañado con la dura derrota contra Paraguay (0-3) en el Nacional, la cual incluyó una una pifiadera en el el reducto de Ñuñoa.
Con cuatro partidos jugados, Chile sumaba 4 puntos en la tabla y se encontraba en la 6° lugar en el camino hacia el Mundial de Sudáfrica 2010.
Sin embargo, ya había pasado siete meses desde esa caída y la selección llegaba a una nueva doble fecha eliminatoria, ante Bolivia y Venezuela, con la esperanza de sumar los seis puntos.
El primer escollo era en el estadio Hernando Siles, ubicado a 3.577 metros de altura, en La Paz, la capital boliviana. Un reducto siempre difícil, pero donde La Roja no tenía un mal historial.
Así llegó la tarde del domingo 15 de junio del 2008, cuando los dirigidos por “El Loco” saltaron a la cancha con Claudio Bravo en el arco; en defensa, Ismael Fuentes, Gary Medel y Gonzalo Jara; el mediocampo quedó con José Pedro Fuenzalida (46′ M. Estrada), Carlos Carmona, Roberto Cereceda y Pedro Morales (54′ C. Villanueva); arriba se ubicaron Alexis Sánchez, Humberto Suazo y Jean Beausejour (58′ M. González).
Un “Pitbull” inspirado
Tras el pitazo inicial del peruano Víctor Rivera, el primer acercamiento vino a los 7′, cuando un desborde por la derecha del “Niño Maravilla”, que incluyó amagues y bicicletas, terminó con un centro que Morales amortiguó con el pecho, para luego improvisar una bombeada chilena que pasó por fuera del arco defendido por Sergio Galarza.
Durante los primeros minutos, Chile logró amortiguar la altura y, en el 12′, 17′ y 19′, tuvo tres llegadas claritas protagonizadas por Alexis, quien estuvo cerca de abrir la cuenta.
Y llegó el primer gran momento de la noche, tras una falta a Suazo en mitad de cancha. En tres cuartos de cancha, fue Pedro Morales el encargado de ejecutar, disparando un misil que se estrelló contra el travesaño.
Sin embargo, el rebote contra el vertical permitió el pivoteo de una cabeza chilena, dejando la pelota flotando en el área para que un joven Gary Medel, de tan solo 20 años, se lanzara en una acrobática chilena para dejar sin chance al arquero boliviano.
Era el gol chileno, tras lo cual el por entonces jugador de Universidad Católica, con los brazos extendidos y besando el escudo, corrió hasta una esquina de las gradas, para celebrar con el puñado de hinchas visitantes. Todo el equipo, desde Ismael Fuentes hasta “Chupete”, llegaron a abrazar al “Pitbull”.
Los minutos pasaron y los bolivianos empezaron a acorralar a La Roja en el arco de Bravo. Y el segundo tiempo la tónica fue la misma, con los altiplánicos lanzados contra el arco visitante.
Aun así, la falta de puntería de los locales y las buenas actuaciones de Gonzalo Jara y del portero Bravo permitieron mantener en cero la portería chilena.
Y vino el minuto 75 de partido, cuando Carlos Villanueva lanzó un tiro de esquina desde la derecha. Fue el propio Medel quien, de pecho, controló la pelota en el punto penal, que dio un bote, y sacó un furioso remate que hizo imposible la tapada del portero Galarza.
Ya sin importar la altura, el defensor chileno nuevamente corrió, salió del campo de juego y se abalanzó contra la reja donde se habían desatado los festejos visitantes. Y no era para menos, con ello se coronaba como la figura de la noche y le daba los tres puntos a Chile.
De ahí en más, La Roja nuevamente logró controlar el encuentro y, tras dos semanas de preparación en las alturas y con siete jugadores debutando en Eliminatorias, Chile sumaba tres puntos valiosos y se alistaba para enfrentar a Venezuela en Puerto La Cruz.
Si Medel fue la figura ante los bolivianos, “Chupete” fue el héroe ante los venezolanos. Pero para eso aún faltaban unos días...