El uruguayo Andrés Matonte se vio involucrado en una gran polémica junto a su hermano.
La derrota de Chile ante Argentina por la segunda fecha de la fase de grupos de la Copa América dejó un amargo sabor en el plantel y los seguidores de La Roja. A pesar de que los trasandinos tuvieron más la posesión y lograron llegar más al arco rival, el conjunto nacional defendió y presionó durante todo el encuentro.
Lo más desequilibrante del partido fue el arbitraje del uruguayo Andrés Matonte de 36 años y su equipo encargado del VAR. Sin duda los jueces fueron los protagonistas, ya que hubo claras faltas a favor del equipo de todos que no fueron sancionadas, y en el gol de la albiceleste tardaron mucho tiempo en darlo como válido y terminaron entregando una paupérrima foto que dejó más dudas que respuestas.
Matonte suele captar los titulares de la prensa por sus polémicas, tanto dentro como fuera de la cancha. Una de las cosas que más se le cuestiona, es que no acostumbra ir al VAR para revisar las jugadas personalmente, pero más allá del fútbol, ha sido seriamente objetado por la justicia.
Se involucró en una estafa
A pesar de que en los últimos años se ha consolidado como uno de los árbitros más reconocidos de Uruguay, llegando a dirigir partidos de Copa Libertadores con frecuencia, su nombre ha aparecido en la lista de investigados por la justicia local.
En 2022 se abrió una investigación de la fiscalía en contra del juez y su hermano, Roberto Marcelo Matonte, debido a varias denuncias por estafa monetaria. Los reclamos suponían que el monto ascendía a los 200 mil dólares.
Si bien mayor parte de la culpa recaía en su hermano, según la denuncia, Andrés tenía un importante rol para que se concretara el ilícito, y fue señalado como “partícipe necesario, inspirando confianza en el ficticio negocio por el cual eran captadas las presuntas víctimas”, según el abogado Diego Murgui.
Según señalan los denunciantes, Roberto Matonte pidió dinero a una mujer porque se encontraba desempleado y le dijo que tenía idea de instalar un negocio. La víctima tenía dinero ahorrado tras la venta de un inmueble y accedió a darle ese préstamo, con la condición de que le devolviera mensualmente con intereses. Sin embargo, al poco tiempo dejó de pagar alegando problemas con el Banco Central y el Banco República.
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