A los agentes les tocó declarar durante el tercer día de audiencias. Explicaron que la casa no reunía las condiciones adecuadas para un paciente como el “10”.
Los cuatros policías que acudieron al domicilio donde Diego Armando Maradona perdiera la vida la mañana del 25 de noviembre de 2020, Lucas Farías, Lucas Borge, Leonardo Mendoza y Carlos Carranza, prestaron declaración al Tribunal de lo Criminal N°3 de San Isidro, en Buenos Aires, hoy, tercer día del juicio que indaga la muerte del “10”.
A Farías, por ejemplo, le llamó la atención “la posición cadavérica” y “el abdomen muy inflado, a punto de explotar” que presentaba el exastro argentino.
Borge, que entonces era comisario de la Departamental de Tigre, llegó cuando “Maradona estaba acostado, ya fallecido, tapado con una sábana blanca como si estuviese durmiendo”. Y en la misma línea que el comisario Farías, subrayó su panza “muy hinchada” . Dijo, también, que vestía con “una remera negra” y “un short de Gimnasia”.
En su descripción, Borge incluyó la habitación: “No era una cama hospitalaria, era un somier común y corriente. No había desfibrilador”.
Lo que fue corroborado por Fernando Burlando, abogado querellante. Según él, la casa “no estaba habilitada adecuadamente” para una persona como Maradona, “que merecía cuidados serios”.
Cuando fue su turno, Javier Mendoza, exjefe de la cuarta comisaría de Benavídez, además encargado de montar el operativo en el lugar, aclaró: “El comisario Farías me llama y me avisa que Maradona no reaccionaba, que estaba descompensado. En el barrio ya estaban todos afuera de la casa, se habían enterado de lo que había pasado. Yo nunca ingresé, solo me encargué del operativo de afuera”.
Finalmente, Carlos Carranza, testigo a petición de la fiscalía, destacó “el abdomen del señor Maradona, muy inflamado”. Eso es lo que más le sorprendió, “el volumen del abdomen”, y después el baño del inmueble, “chico”, conectado a la habituación del exjugador, “por lo que yo vi, el único baño”.
Para mañana se esperan los testimonios de Juan Carlos Pinto, médico de la empresa +Vida, quien realizó el certificado de defunción, y Collin Campbell, un médico y vecino del barrio al que le rogaron ayuda tras el desvanecimiento de Maradona.
