El tenista logró superar la primera ronda venciendo al 27 del mundo y, de paso, consiguió su primera victoria en un Grand Slam luego de cinco largos años.
Se podría decir, sin exagerar, que fue una de las sorpresas de la jornada en el Abierto de Australia. En su regreso al cuadro principal de un Grand Slam, luego de cuatro años de frustraciones, Nicolás Jarry, 154 del escalafón mundial, dejó fuera en su debut al 27 del ránking, el serbio Miomir Kecmanovic.
Se trató, por cierto, de la primera victoria del “Príncipe” en uno de los considerados grandes en cinco años. La última había ocurrido el 2018, cuando se impuso a Peter Gojowczyk en el US Open de 2018.
Con un tenis, por momentos, brillante, el nieto de Jaime Fillol además ganó en sets corridos, por parciales de 6-3, 6-4 y 7-6 (3). Inclusive, a la raqueta nacional no le tembló el pulso aun cuando el duelo se suspendió por más de tres horas debido al calor intenso que azotaba Melbourne.
Buena parte del triunfo de Jarry se explica gracias a la efectividad que consiguió con su saque. 72% con el primero, cedió pocos puntos con su servicio y no entregó ninguna chance de quiebre a lo largo del match.
Así, en los primeros dos sets consiguió rápidamente poner en problemas a un jugador como Kecmanovic, que el año pasado alcanzó octavos en el certamen. Y en el tercero, que se suspendió por más de tres horas, como consecuencia de los 36º grados, mantuvo su nivel y confianza para cerrar el cotejo en el tiebreak.
Sin doble faltas, Jarry se anotó 21 aces y 61 tiros ganadores para lograr su paso a la siguiente ronda, donde se enfrentará al ganador del duelo entre Ben Shelton (89°) y Zhizhen Zhang (96°).