El colombiano fue el primero en bajar del bus en el arribo al hotel y el público demostró su rabia por la última derrota.
La llegada de la Roja a Temuco revolucionó la ciudad. Tanto así, que desde que los jugadores aparecieron en el aeropuerto sintieron el cariño de la gente que se acercó a saludarlos.
Incluso algunos, como el "Rey" Arturo, caminaron hasta las rejas para sacarse fotos con los hinchas.
Lo mismo pasó en el trayecto de camino al hotel, donde un fuerte contigente de Carabineros debió custodiar el paso del bus, por la gran masa de fanáticos que salió a la carretera y a las calles para darles la bienvendia.
Afuera del hotel Dreams se calculaban cerca de 200 personas, quienes gritaban por cada uno de los jugadores que iba bajando de la máquina que los trasladó, aunque no todo resultó bien.
Esto, porque el primero en bajar fue Reinaldo Rueda, que se ganó algunas pifas de la gente, pero todo quedó en el olvido después de la aparición de Vidal y Alexis, las principales figuras de la última nómina del colombiano.
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