Dos de las grandes atajadas de Claudio Bravo, que quedaron en la memoria del fútbol chileno.
El histórico arquero de la selección chilena, Claudio Bravo, anunció este lunes su retiro del fútbol profesional, luego de 21 años de carrera.
“Me encantaría comentarles que voy a dejar el fútbol profesional”, dijo Bravo en un video en Instagram.
Tras el anuncio, inmediatamente en redes sociales comenzaron a recordar las mejores atajadas del histórico capitán de La Roja, desde sus inicios en Colo Colo hasta sus últimos años en el Real Betis.
Pero hubo dos atajadas que marcan la carrera de Bravo, la primera en 2006, cuando jugaba en Colo Colo, y la segunda fue 10 años después, jugando por la selección chilena.
Penal a Mayer Candelo
Se jugaba la final del torneo de Apertura 2006 entre Colo Colo y Universidad de Chile, los albos ganaron el primer partido y los azules el segundo, por lo que el título se definiría a penales.
En la definición a penales, Colo Colo se imponía 2-1 (Fernández y Suazo) a la U (Salas), mientras que Mena y Droguett habían fallado sus lanzamientos. En eso llega, el colombiano Mayer Candelo a empatar la serie, en misma cantidad de penales lanzados.
El colombiano se confió de la juventud de Bravo (tenía 22 años) y se la picó como dice tradicionalmente, el arquero estaba lanzaba, pero a una reacción felina saltó y logró desviar el remate. Sería el último penal fallado de la serie y Colo Colo se consagraría ante el clásico rival.
Valió una Copa América
La otra gran atajada de Bravo llegaría 10 años después, en la final de Copa América Centenario en Estados Unidos. Chile jugaba contra Argentina el tiempo extra y el partido seguía 0-0.
Sería en el minuto 99 de partido, cuando un tiro libre en 3/4 de cancho, Messi lo sirvió al área chilena, siendo desviado con un cabezazo de Sergio Agüero, pero Bravo saltó y se estiró, para con el puño desviar el balón al corner.
Luego llegarían nuevamente los penales, en la tanda fallarían Messi y Arturo Vidal, pero Chile tenía a Bravo, quien atajaría un penal a Lucas Biglia, permitiendo a La Roja ganar su segunda Copa América.