El serbio maneja una dieta estricta que evita a toda costa el azúcar refinado y las carnes rojas… En otras palabras: es lo que come.
Novak Djokovic no afloja: a sus 36 años, el tenista de Belgrado acaba de obtener su vigesimotercer Grand Slam. Eso quiere decir que ahora, en exclusiva, es el máximo ganador de esta clase de competiciones. Diez veces Australia, siete Wimbledon, tres Estados Unidos y, desde el domingo, luego de vencer en sets corridos a Casper Ruud, tres Roland Garros. Ese es su palmarés histórico, prácticamente inigualable, y que por cierto buscará seguir engrosando. Como el animal competitivo que es, Nole pretende continuar al pie del cañón y estirar la ventaja sobre sus acérrimos contendientes, Rafael Nadal —actualmente lesionado, con 22 GS— y Roger Federer —ya retirado, con 20—. Conseguirlo, en todo caso, no es sencillo: el serbio requiere de todos los cuidados para mantenerse en forma.
Y en ese apartado destaca uno de sus secretos mejor guardados: su dieta. Un régimen que le permite sacar lo mejor de sí, pero que, sin dudas, no es para cualquiera.
Djokovic, por ejemplo, pasa cerca de 16 horas sin consumir alimentos, entre la cena y el desayuno. La idea es comer lo menos posible durante el día, de modo que así su cuerpo evite malgastar energías producto del proceso de digestión.
Tiene todo planificado: ni bien despierta, se sirve un vaso de agua caliente o a temperatura ambiente. Suele acompañarlo con unas gotas de limón, o como ha revelado en alguna entrevista del pasado, gotas de plata coloidal. Así se asegura de eliminar todas las bacterias. El líquido, es importante, debe estar caliente para que su organismo no gaste energía de más calentándolo.
Luego le sigue el desayuno. En este punto, el número uno del ranking ATP suele prepararse un jugo de apio y otros batidos con base en productos vegetales, como algas, espinacas y frutas. También es hora de consumir las frutas necesarias para absorber azúcar con miras a sus entrenamientos. Y en un bowl mezcla cereales sin gluten, avena, frutas y miel de manuka.
Entre el desayuno y el almuerzo, pueden haber snacks. Principalmente frutos secos. Nada del otro mundo: almendras o nueces.
Y llegado ya el almuerzo, Nole se casó con la idea de evitar los alimentos pesados que puedan interferir con su entrenamiento. De ahí que prefiera proteínas como quinoa, arroz o inclusive pastas sin gluten. Otra de sus comidas favoritas es la papa en sus diferentes formas: al vapor o cocidas y acompañadas de ensaladas.
Finalmente está la cena. Aquí, de nuevo se repite el tema de las verduras y las proteínas. La planificación contempla recuperar todo lo perdido durante sus exigentes prácticas, de modo que la porción de proteínas debe ser abundante. Y también para saciar al serbio, porque después no hay más hasta el próximo amanecer.
En resumen, dieta de Nole:
- Al despertar, vaso de agua temperado.
- Desayuno: Jugo de apio, batidos vegetales. Frutas y un bowl con cereales, avena y miel.
- Snacks: frutos secos.
- Almuerzo: Quinoa, arroz o pastas sin gluten. Papas y ensaladas.
- Cena: Repetir la conformación del almuerzo, con mayor énfasis en las proteínas.
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