Para el “King”, por ahí pasa que “cuando salimos a jugar afuera nos pasan la cuenta y no nos podemos enfrentar a los demás”.
Desde luego el más extrañado el viernes texano, en especial después del decepcionante empate de una Roja sin carácter ni liderazgos, carente de un funcionamiento de juego acabado y variantes, Arturo Vidal salió este domingo al gramado del Estadio El Teniente de Rancagua con la misión de acercar a su Colo Colo a las semifinales de la zona centro sur de Copa Chile. Pero O’Higgins, el dueño de casa, complicó todo desde un inicio. Bastará con decir que los albos recién pudieron llegar a la paridad al filo del cotejo, mediante la anotación de Guillermo Paiva, y que a la larga ven con buenos ojos el resultado, esperando completar la faena en casa.
Aunque el Rey Arturo, digámoslo, lo pasó mal: poco más tarde del tanto que consiguió el paraguayo, el volante le propinó un pisotón a un celeste y el árbitro del compromiso resolvió mandarlo a las duchas de forma anticipada. Doble amarilla y fuera de la revancha del domingo. Para colmo, cuando enfilaba hasta camarines, un grupo de hinchas del “Capo de Provincia” le dedicó insultos de grueso calibre.
Por supuesto, el “King” protestó al rato en la zona mixta: “Molesta mucho. Creo que acá los futbolistas en Chile tienen que mejorar eso de estar llorando todo el rato”.
“Por eso después”, alargó su descargo, “cuando salimos a jugar afuera nos pasan la cuenta y no nos podemos enfrentar a los demás, porque en Chile se llora mucho”.
Como dato, la de ayer fue la primera expulsión que lamentó Vidal en competiciones nacionales. Hace no mucho había recibido la cartulina roja por Copa Libertadores en su visita al Alianza Lima, pero entre el campeonato local y Copa Chile nunca antes le había sucedido.
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