Lo sucedido ante Everton, hizo que se revisara todo el trabajo de seguridad -que se viene planificando hace más de un mes- para el duelo del 5 de octubre.
En Colo Colo han trabajado duro para que el próximo Superclásico no termine otra vez en las crónicas policiales. De hecho, las primeras reuniones entre la regencia de Blanco y Negro y las autoridades de gobierno se realizaron hace más de un mes y tienen todo bastante avanzado en materias de seguridad.
Sin embargo, hubo un hecho que encendió las alarmas: el "pimientazo" de la Copa Chile.
Ese día, el Club Social y Deportivo no quedó conforme con el actuar de carabineros (que lanzó gas pimienta en un sector donde habían menores de edad) ni con el personal de Blanco y Negro.
Por lo mismo, pusieron una querella contra la policía en tribunales y se reunió con el Instituto Nacional de Derechos Humanos para pedir la el chequeo de los protocolos de acción de los hombres de verde en espectáculos deportivos.
"El INDH tiene las atribuciones para revisar los procedimientos que realiza Carabineros. Lo han hecho en el contexto de manifestaciones públicas, cuando se han registrado abusos contra manifestantes", señaló el vicepresidente de planificación del CSD, Raúl Silva.
Acción judicial que será tocada esta semana, cuando se reactiven las conversaciones entre las autoridades y la plana mayor de la concesionaria alba, ya que Estadio Seguro también pidió "una revisión de este tipo de procedimientos".
Mientras tanto, Aníbal Mosa y Harold Mayne-Nicholls -máximos jerarcas de ByN- ajustaron los protocolos internos del Popular y vienen trabajando en la idea de cambiar el lenguaje represivo que se usa para estas instancias por uno más inclusivo. Además, se prepararan varios eventos alternativos al partido mismo, para que se viva el encuentro entre blancos y azules como una fiesta y no una guerra.
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