El colombiano fue una de las figuras de la UC ayer en San Carlos, y su esposa Leidy Melo contó que gracias a la unión de familia pudieron superar la pena.
Para cualquier amante del fútbol, incluso sin ser cruzado, lo de Duvier Riascos ha sido una especie de "renacer". Claro, llegó cuando el torneo ya había comenzado y su contratación provocó críticas, pero en apenas 4 duelos (175 minutos) ya ha marcado dos goles, incluyendo el de ayer ante la "U". Y con su clásica celebración, por supuesto.
Incluso, los hinchas de tribuna alistaron sus celulares luego de que el cafetero marcara el tercer gol en el minuto 69 (antes lo habían hecho Fuenzalida y Edson Puch), pues sabían que se venía la "culebra". Y así fue, pues Riascos se tiró de guata al suelo y empezó a moverse como si estuviera en una despedida de soltera, y los principales aplausos surgieron de una morenaza.
Se trata de su esposa de 26 años, con quien llegó al altar hace 6. Y en esta oportunidad, estuvo acompañada por su mamá, su hermano (que, según ella, hará pruebas en la Sub 20 de la Católica en junio) y un par de amigos colombianos que viven en Chile. "He venido a todos los partidos, pero es primera vez que uso la camiseta", comentó Leidy Melo.
Mientras tanto, sus hijos Paulinho (5) y Alexandro (3) estaban con el papá en la cancha luciendo su corte de pelo, y hasta se colaron en el camarín para la foto del puntero. Y sobre el triunfo, el propio Riascos comentó que "pensé tirar la pelota por arriba. Contento por el gol y por haber ayudado. Fue lindo lo que pasó".
Gran pena
Pero si muchos pensaban que la revancha del colombiano era por el rechazo que pudo existir en algún momento, están equivocados. Su verdadero renacer se produjo cuando logró levantarse luego de la muerte de uno de sus hijos, que hoy estaría cerca de los cinco años. "Lo que te ayuda a salir de una situación así es la unión de la familia", explicó Leidy.
- ¿Qué pasó con el pequeño?
- Nació antes de tiempo, fue prematuro y murió a los dos meses. Estaba en una incubadora y por medio de un cateter le dio una infección ahí mismo en la clínica.
- Qué pena...
- Hoy tenemos dos hijos bellos y hay planes de agrandar la familia. Vamos a buscar una niñita.
- Se ven felices y Duvier está peleando un puesto.
- Él es un luchador, y ya el hecho de que entre a la cancha, me emociona mucho. Lo más rico es ver sus goles y cómo festeja, su "culebra".
- ¿Te enseñó?
- Jajajá, imposible. Cuando nos conocimos me contó que vio un partido de fútbol americano y enganchó con ese festejo. En todos los clubes donde está, lo hace. Yo no me he animado, los niños sí, y lo hacen muy bien. No es nada fácil.
- ¿Te pidieron permiso para usar el pelo como el papá?
- Yo soy la que se los corto. Es rápido, ya tengo la técnica, y eso que no estudié nada, jajajá. Incluso, estando en China no había muchas personas que se dedicaran a esto, y ahí se lo corté a Duvier también.