“La Torre de Tandil” reveló que sufre a diario tras las lesiones que le costaron su carrera. “Hoy sólo puedo caminar, no corro ni en la cinta, soy incapaz de subir las escaleras sin dolor”, dijo.
El pasado febrero, en su casa, con su gente en las gradas. Juan Martín Del Potro le puso punto final a una tremenda carrera opacada por sus últimos años en el ATP 250 de Buenos Aires. Quiso despedirse dentro de la cancha aun cuando, sabía de antemano, el físico ya no le permitiría mucho más.
Claro, “La Torre de Tandil”, como le llamaban, había atravesado durante toda su carrera casi una decena de intervenciones quirúrgicas. La última de ellas, en 2021, para intentar corregir el problema que se generó en su rodilla derecha tras una rotura en la rótula. En total, fueron cuatro operaciones en la rodilla, una en la muñeca derecha y otras tres en la muñeca izquierda.
Sobre eso y sobre lo que vino después, los dolores que aún lo persiguen, el exnúmero 3 del mundo conversó con La Nación de Argentina:
“Hoy sólo puedo caminar, no corro ni en la cinta, soy incapaz de subir las escaleras sin dolor, ni siquiera puedo conducir mucho tiempo sin tener que detenerme a estirar las piernas por el dolor. Esta es mi realidad, es muy dura, muy triste, pero sigo buscando la manera de mejorar”, explicó, con pesar.
En ese estado de cosas, Del Potro sostuvo que su desafío es tratar de procesar todo y buscar un método que le permita vivir de mejor manera: “Hace poco fui a Suiza a ver a otro médico, empecé un nuevo tratamiento, uno que me recomendaron varios tenistas profesionales, pero hasta ahora no he tenido ni un solo resultado positivo”.
“Es muy dura esa sensación después de cada intento, ya sea un tratamiento o una cirugía. La frustración que puedo sentir cuando las cosas no funcionan es difícil de explicar. Me engaño a mí mismo, tengo fe en cada nuevo tratamiento que pruebo, pero cada vez que éste falla supone un golpe muy duro”, agregó.
Finalmente, Del Potro realizó una dura reflexión en torno a su actualidad, tras una carrera plagada de éxitos, donde sumó, entre otros títulos, un US Open, la Davis de 2016 y dos medallas olímpicas:
“No puedo aceptar psicológicamente una vida sin el tenis. Cuando hablo con otros deportistas que ya no están activos me dicen: ‘Bueno, me tomé los últimos dos años de mi carrera, el último año, me preparé de esta manera o de otra’. Yo lo estoy haciendo ahora”.
“Yo era el número 3 del mundo, hasta que de repente me rompí las rodillas y aquí estoy, sin nada”, cerró.
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