El goleador histórico de la Roja depositó toda su confianza en el novel delantero. En su presentación, afirmó que espera acompañar su proceso y “darle una mano”.
Alexis Sánchez resolvió completar el círculo narrativo: de entre un sinfín de rumores y propuestas que no llenaban su exigente paladar, le dio el sí a Udinese, su primera novia, la escuadra que hace dieciséis años le permitió cocinar a fuego lento sus habilidades y darse a conocer en el Viejo Continente. Por tanto, en Friuli otorgaron a su presentación el tratamiento de una estrella, del ídolo que es, y Alexis, en respuesta, prometió dar una mano para impedir que el elenco bianconeri vuelva a sufrir en la parte roja de la tabla. “Juntos podemos hacer algo bonito”, dijo frente a los micrófonos.
En esa empresa, por cierto, no estará solo, no. Desde hace semanas lo esperaba otro chileno, la gran apuesta de Udinese este mercado, el excolocolino Damián Pizarro. Y el Niño Maravilla, al corriente de esto, se deshizo en elogios hacia él:
“Para mí es un diamante en bruto, necesita crecer y comprender”, señaló de entrada el goleador histórico de la Roja.
Sin embargo, enseguida le dejó tarea pendiente, “sobre todo, aprender italiano” y “ponerse en forma”, para lo cual espera “poder darle una mano”.
Finalmente, en relación a una posible titularidad este fin de semana que inicia la Serie A oficialmente, Alexis aclaró:
“No me siento al cien por ciento, pero me pongo a disposición del equipo. Luego, dependerá del entrenador, pero siempre me siento preparado”.