El futbolista del Everton hace unos días reveló algunos detalles sobre su dura infancia. Ahora, sin embargo, su madre salió al paso.
“Fue a los seis años”, explicó Dele Alli justo antes de quebrarse. “Un amigo de mi madre, que estaba mucho en la casa”, agregó como pudo. Entonces, tanto a él como a Gary Neville, histórico defensor del Manchester United en su rol como conductor de The Overlap, se les humedecieron los ojos. Alli, una expromesa del fútbol inglés que encandiló a los hinchas del Tottenham y de los Three lions, abría su corazón por primera vez y dejaba ver que su declive profesional tiene raíces profundas. Traumas que, cada tanto, vuelven a doler como la primera vez. Abusaron del volante inglés en su niñez, y como explicó más tarde, “a los siete años, empecé a fumar; a los ocho, empecé a traficar drogas”. Lamentó también haberse tenido que marchar a África por motivos de disciplina.
El fútbol, de una u otra manera, apareció en su vida como una especie de salvación. Una esperanza. Aunque también quiso ser honesto: “Una mañana me levanté y tenía que ir a entrenar. Recuerdo que me miré al espejo y me pregunté si podía retirarme ya. Con 24 años. Haciendo lo que me gusta. Para mí fue desgarrador”. El deporte rey tampoco es lo mismo.
Sus palabras, por cierto, se esparcieron por todos lados. En Inglaterra muchos de sus compañeros, como su amigo Harry Kane, valoraron su valentía. En las redes sociales, todos se cuadraron con él.
Pero al cabo de unas horas, hubo una réplica inesperada. Su madre, Denise Alli, pidió la palabra y desmintió prácticamente todo el relato de su hijo:
“Le han lavado el cerebro (...); Dele nunca fue adoptado por nadie. A los siete años asistió a una de las mejores escuelas de Lagos (Nigeria). Nunca fue enviado a África para disciplinarlo. Eso es una mentira descarada. Tenía un conductor que lo recogía todos los días de la escuela”, puntualizó en conversación con OJB Sport. Es más, aseguró que contaba con pruebas, como las imágenes de Alli con su padre.
“Dele comenzó a entrenar en MK Dons cinco días a la semana. Entonces, por conveniencia, comenzó a quedarse en la casa de su mejor amigo durante la semana, antes de volver a casa los fines de semana”, explicó luego Denise, descartando que otra familia lo haya adoptado a los 12 años. “Se ha dicho que yo sufría de alcoholismo y lo dejé porque no podía cuidarlo, pero eso es mentira. Quería darle la mejor oportunidad de lograr su sueño, pero él seguía siendo mi hijo y yo estaba ahí para él cada vez que me necesitaba”.
Y completó: “Nunca fue enviado a Nigeria para ser castigado. Dijo que comenzó a consumir drogas a la edad de ocho años, mientras que para entonces estaba en una escuela privada en Nigeria”.
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