La boxeadora se sobrepuso a la polémica y ganó la presea dorada por decisión unánime tras derrotar a la campeona mundial, la china Yang Liu.
Tras toda la polémica en redes sociales, y las recriminaciones amplificadas por múltiples medios de comunicación, la boxeadora Imane Khelif se consagró este viernes como campeona olímpica de boxeo femenino en la categoría de 66 kg de París, tras vencer a la campeona mundial de la IBA, la competidora china Yang Liu.
Su triunfo no solo se concretó después de la polémica iniciada a comienzos del torneo, tras la reacción de su contrincante italiana, sino que también a un año de su descalificación de los Campeonatos del Mundo femeninos por no pasar la prueba de elegibilidad de género de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), lo que fue la base de la controversia en los actuales Juegos Olímpicos.
En la gran batalla por la presea dorada, Khelif dominó cada round, ganando la medalla por decisión unánime. Por su parte, Yang Liu reconoció la superioridad de su rival argelina, levantando su brazo y concretando un gesto que contrastó con la polémica inicial impulsada por la italiana Angela Carini, quien se retiró tras un puñetazo al rostro e impulsó el debate sobre el género de Khelif.
“Estoy muy contenta. Durante ocho años éste fue mi sueño y ahora soy campeona olímpica. Quiero dar las gracias a toda la gente que ha venido a apoyarme. A toda mi gente de Argelia, a mi equipo y a mi entrenador”, declaró Khelif tras su victoria. La boxeadora también subrayó la importancia de comportarse como atletas en los Juegos Olímpicos, pidiendo el cese de los ataques por su género.
“Estoy totalmente calificada para participar en esta competencia. Soy una mujer como cualquier otra mujer. Nací mujer, viví mujer, competí como mujer. Los detractores son enemigos del éxito, así los llamo yo. Y eso también le da a mi éxito un sabor especial debido a estos ataques. Esta medalla de oro es una respuesta a todo lo que he sufrido”, recalcó la boxeadora.
Khelif nació en un pequeño pueblo rural en Argelia y enfrentó desde temprana edad prejuicios y bullying a raíz de su amor por el boxeo, el cual comenzó a practicar a los 16 años a pesar de la oposición de su padre. Su camino hacia el éxito estuvo lleno de obstáculos, desde la falta de recursos, y ya había participado sin éxito en Tokio 2020.
La boxeadora había sido descalificada por la IBA debido a que no habría cumplido con los criterios de elegibilidad. Aunque no se entregaron detalles de sus pruebas, se insinuó que tenía una ventaja competitiva debido a supuestos niveles altos de testosterona. Khelif expresó su impacto ante la decisión, la cual posteriormente no fue tomada en cuenta por el Comité Olímpico, quienes reiteraron en más de una oportunidad que Khelif sí cumplía con los criterios.
u victoria en París no solo marca un hito en su carrera, y para el deporte en su país, sino que también lanza un mensaje sobre la lucha contra la discriminación, los prejuicios y la información falsa que prolifera en Internet.