Empresarios funerarios se la juegan con modelos de los equipos más populares del país. En el sur los más pedidos son de Lota Schwager, Fernández Vial y del Conce.
"Hace muchos años traje urnas de equipos y funcionó bien, ahora pensé que sería buena idea volver a tenerlas, se lo pedí a un fabricante y quedaron modelos muy lindos, a la gente le gusta porque sale de lo común", así define Octavio Nova, dueño de Funerales Pompeya y colocolino, los ataúdes que llevan los escudos de los albos, U. de Chile y U. Católica, que son requeridos para los fanáticos que se quieren ir al cielo con sus colores en su última morada.
La idea fue ejecutada por Patricio Jiménez, propietario de la fábrica de urnas y funeraria San Patricio en la comuna de Cañete, región del Biobío, quien cuenta que el éxito de estos modelos se debe a que los familiares buscan algo que identifique al fallecido.
"Mientras el cliente necesite algo así, nosotros tenemos que llevarlo a cabo, ellos son los que compran y ven qué es lo que necesitan. Es un producto que se vendió bien, más allá del fanatismo", dijo.
Las urnas son de pino, aunque si alguien busca un tipo de madera en especial se puede encargar sin problemas. La construcción demora cerca una semana y bajo tierra duran más de 20 años.
"Uno se siente satisfecho cuando entrega un buen servicio en un momento de tanto dolor como la muerte, es por eso pedí estas urnas, ya que ayudan a que las familias recuerden de una manera especial a la persona que partió. Ya he vendido algunas, y también me han pedido de otros equipos", agrega Nova.
"Sé que hay algunas empresas que también hacen modelos parecidos a pedidos, pero la innovación es tenerla para la gente, porque a veces se usan sólo cuando los equipos están bien. En el sur hay mucha gente ligada a los equipos de fútbol, por ejemplo, me han solicitado urnas de Lota Schwager, D. Concepción, el Vial, así que veremos eso a futuro", sostiene Jiménez, creador de las joyitas.
-¿Es mucha la diferencia con un ataúd tradicional?
Tuvimos que trabajar con un cartógrafo que nos hizo todos los detalles de la insignia y después lo llevamos a la urna, aunque no hay mucha diferencia con los tallados tradicionales como biblias y crucifijos, con excepción de la pintura especial para el escudo.