El “Peluca”, uno de los mejores jugadores del torneo y de los más queridos por la hinchada, hoy atraviesa tal vez el mejor momento de su carrera luego de coronarse con los albos. Pero en una reciente entrevista, dejó en claro que no siempre fue así…
La historia de Maximiliano Falcón en Chile es prácticamente la de un héroe. Llegó en silencio, desde el modesto Rentistas de Uruguay, que pese a ser campeón no es uno de los equipos más representativos del país oriental, motivo por el que pesaban las dudas sobre el zaguero. Pero al poco andar, se consolidó en la última línea alba cuando más lo necesitaban: ese año, 2020, el “Peluca” fue fundamental para que Colo Colo no descendiera.
Y ahora, dos años más tarde, por fin el central uruguayo pudo gritar campeón. Pese a la mala campaña internacional, el “Cacique” arrasó en el torneo doméstico y el pasado domingo pudo celebrar con su gente la estrella 33. Uno de los más queridos en todo este periplo fue, efectivamente, el charrúa, quien incluso llegó a inspirar looks de Halloween por su llamativa cabellera. A ese punto es el cariño que le tienen…
Pero no siempre fue así la carrera de Maxi. El defensor, que dio sus primeros pasos en el Club Nacional de Montevideo, se peleó con el entonces entrenador Martín Ligüera y estuvo sin equipo por cerca de ocho meses en 2018, de modo que tuvo que trabajar de albañil.
“No ligué nada, pero todo eso mentalmente me bajoneó y empecé a engordar y a bajar mi nivel. No entrenaba de la misma manera porque sabía que era titular y tarde o temprano me fue comiendo. Me arrepiento de eso”, confesó al respecto en una entrevista que ofreció a El País.
De hecho, para Falcón, el gran salvador de su carrera es Gerardo Arias, el “Boca”, un representante que en Uruguay es considerado polémico: “Me daba plata cuando yo no tenía para comprar comida y me pagaba el arriendo. Siempre hay malos comentarios de uno u otro, pero yo me quedo con la gente que estuvo en las malas y me bancó la cabeza. El Boca fue el único que me bancó la cabeza”.
Entonces, apareció una nueva oportunidad: “Estuve a punto de dejar el fútbol y le dije (a Arias): ‘Vamos a jugar a Rentistas, que es la última bala, y si no, no juego más’”.
Finalmente, el “Peluca” realizó un llamativo análisis que apunta a la importancia de la fortaleza mental para desarrollar su juego:
“Siempre dije que puedo estar dos o tres kilos pasado, pero si mentalmente estoy fuerte, te como en dos panes. Si yo estoy fino y soy un Ferrari físicamente, pero estoy pasando por una depresión, no paro ni el bondi”.