El polémico representante, que tantas veces lo ha negado, decide los fichajes del club y también cómo se comporta en sus canales oficiales. Por lo visto, según se reveló en los documentos que forman parte de una demanda, absolutamente todo pasa por él.
Martín Ossandón, gerente general de Deportes La Serena a contar de los primeros días de septiembre de 2020, escribió el siguiente mensaje en un grupo de WhatsApp del club:
“—Marko -> quiere que le paguemos el contrato completo.
—Araña -> si no es 4 fijo + bonos por partido o citaciones, no hay opción de que siga.
—Montoya -> pide que al menos lo mantengamos los meses que le quedan de recuperación.
—Barrientos -> que le hagamos la propuesta a la brevedad posible.”
Aquí, Marko es Marko Biskupovic; Araña, el arquero Raúl Olivares; Montoya, el defensor colombiano David Montoya, y Barrientos, el artillero Felipe Barrientos.
Apenas dos minutos más tarde obtuvo respuesta de su destinatario:
“—Marko – no.
—Olivares – suerte donde vaya.
—Montoya – no.
—Barrientos – veamos.
—Esa es mi opinión.”
Era su opinión, es verdad, pero también una pauta a seguir. La pauta a seguir: una orden que nadie se atrevía —ni se atrevió en los últimos años— a discutir. Aunque lo haya negado sucesivamente y hasta el hartazgo, por redes o en sus contadas entrevistas a medios de circulación nacional, Fernando Felicevich, el representante de la Generación Dorada como muchos le conocen, es algo así como el jerarca de Deportes La Serena. El que está al tanto de todo lo que sucede y en cada decisión. Como muestra, está este chat y muchos otros —filtrados este martes por la Unidad de Investigación de BioBioChile— que forman parte de una demanda laboral que interpuso el propio Martín Ossandón.
Por supuesto, hay muchas más pruebas entre las 1.300 páginas de comunicaciones internas que guardan correos y mensajes entre ambos y Daniel Behar, mano derecha del agente argentino. Algunas de ellas, de hecho, ni siquiera apuntan al ítem refuerzos sino a otras cuestiones, como el plano comunicacional de la institución. Como se puede ver en la despedida de “Chupete” Suazo:
“Martín, ¿habló Humberto con los compañeros?”, preguntó Daniel Behar en el grupo de WhatsApp CDLS Marketing la mañana del 24 de agosto. Ossandón, enseguida, le contestó que sí, “que le había salido una buena opción allá, que su hijo está allá, etc”. El histórico delantero nacional, hace unas horas, había sorprendido a todos recién iniciado el segundo semestre de 2021: les comunicó que dejaría Deportes La Serena para volver a México, a la filial del Monterrey donde es ídolo, los Raya2.
Entonces, de nuevo apareció la figura de Felicevich, con precisas instrucciones:
“—Subamos un comunicado porfa. Bien escueto y frío por favor”.
Alrededor del mediodía, el club mediante sus redes sociales anunció a sus hinchas en unas pocas líneas —un comunicado bien escueto y frío— que “Chupete” se iba:
Dos días después, Ossandón pidió permiso a Felicevich para hablar con Suazo y “mandarlo a la mierda”. Al rato le escribió: “Como futbolista, creo que eres lo mejor que me ha tocado ver en mi vida, pero como persona… dejémoslo ahí. Ahora que ya no estás en el club no me interesa lo que opines”.
El tirano Felicevich
De la investigación que destapó el reportaje de BioBioChile, tal vez el extracto que mejor retrata a Fernando Felicevich es aquella severa reprimenda que propinó a Martín Ossandón el 9 de enero de 2022 en plena ventana de traspasos. En contexto, el cuadro del norte buscaba hacerse con los servicios de Guillermo Soto, lateral derecho que venía de algunas buenas actuaciones en Palestino y comenzaba a ser considerado en La Roja.
“Buenos días, ¿tenemos cerrado el tema de Soto?”, preguntó sin rodeos Felicevich. “¡Sí! Estamos cerrados”, le contestó de inmediato el gerente general del club. Y el representante, entonces, le pidió los papeles firmados. “2022.01.08 – Carta Oferta Guillermo Soto (1).pdf” fue el archivo que le extendió Ossandón, y que en unos minutos desató la furia del argentino.
—No está firmada por Soto. Te pido que me reenvíes lo que firmó y me mandas la oferta sin su firma. No entiendo —reprochó Felicevich.
—Eso es lo que está acordado. Acabo de hablar con él para que baje la app y me la mande firmada. Porque no sabía cómo hacerlo —le intentó explicar como pudo Ossandón.
—Pero ¿por qué te pido que me mandes lo que firmó y me mandas eso sin firmar? Dime que todavía no firmó nada y listo. ¿Por qué me dices el viernes “te lo mando ahora” y todavía espero el presupuesto ANFP? De verdad no entiendo. Todo cuesta el doble —cerró el agente de Alexis y Vidal.
Más tarde añadió: “Tengamos una reunión mañana temprano en la oficina para aclarar cosas. Si entre nosotros estamos todo el tiempo con medias verdades esto se va a complicar”.
Dicho sea de paso, Soto en definitiva se marchó a Huracán de la liga argentina.
En La Serena se resisten
Las pruebas sobre la mesa no son suficientes para que en Deportes La Serena se admita la injerencia de Fernando Felicevich. En la conversación que BioBioChile sostuvo con Cristián Contador, el presidente del elenco papayero niega que el representante sea el mandamás:
“Ni el señor Fernando Felicevich ni el señor Daniel Behar, ni ningún otro señor que me pongan en una lista toma decisiones en mi club. En mi club las decisiones las tomo yo y las decisiones que yo tomo las refrendo con mi firma, como corresponde y a la antigua”, aseguró.
Es más, luego dijo: “Espero que algún día Fernando se sienta con el derecho, legítimo por lo demás, a ingresar como propietario al club y dejar de ser el rol de asesor que tiene hoy día”.
Finalmente, a modo de cierre, el círculo íntimo de Felicevich le avisó al citado medio que las “asesorías” del representante no suponen conflicto de interés alguno, y que se seguirá en esa línea. Sin importar lo que se pueda decir o pensar al respecto.