Por primera vez la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) puso los ojos en Chile para traer una competencia oficial y de primer nivel. Se trata de la Fórmula E, que vivirá la cuarta fecha del calendario mundial en las calles de Santiago, demostrando que los autos eléctricos también pueden ser veloces.
Por lo mismo, en La Cuarta presentamos una completa guía para conocer los detalles más sabrosos y únicos que tienen sus monoplazas. Además de las diferencias con la Fórmula Uno.
Por ejemplo, la Fórmula E solo ocupa circuitos urbanos en grandes capitales del mundo y no se corre en un autódromo alejado de la ciudad. Quizás la mayor similutud con la F1 se da con Montecarlo, la clásica carrera que se corre por las calles del Principado.
Con respecto a la carrera misma, y con motivo de no interferir con la vida cotidiana de las ciudades, toda la competencia se desarrolla en una sola jornada, con todo de corrido. Incluso las pruebas libres donde los pilotos prueban sus autos y conocen el circuito. O sea, en Santiago toda la emoción se vivirá solo el 3 de febrero.
A eso de las 8 de la mañana comienzan los primeros giros de prueba de los 20 pilotos que disputarán el "E-Prix Antofagasta Minerals Santiago 2018" y con el correr de la mañana definirán la pole position. Hasta que el reloj marque las 16:03 horas y comience la competencia en el circuito de 2.4 kilómetros por el asfalto capitalino.
Otra de las diferencias con la Fórmula Uno tiene que ver con el desarrollo de sus automóviles. La "Fórmula E" tiene 10 escuderías que prueban los últimos inventos en movilidad eléctrica y están a la vanguardia. Por tener componentes electrónicos, los costos son muchísimo más bajos que en la F1.
Eliseo Salazar
De ahí que un monoplaza de Audi, Mahindra, Jaguar, Renault, entre otros, tenga un costo de aproximadamente un millon de dólares de base, algo así como 602 millones de pesos chilenos. Unas nueve veces menos que un auto de la serie madre de la FIA, donde un bólido puede llegar a costar 9,4 millones de la moneda estadounidense.
"El motor eléctrico es muchísimo más simple que uno convencional, por eso los costos son más bajos. De hecho, la base de uno de la Fórmula E con un Fórmula Uno, que incluso tienen el mismo chasis, es el millón de dólares. Pero con los distintos componentes y desarrollos los números suben considerablemente", explicó Eliseo Salazar, ex piloto de F1 y uno de los impulsores del E-Prix nacional.
Una similitud que tienen las dos competencias tiene que ver con sus pilotos, ya que la Fórmula E captó a varios ex integrantes de la F1, como el alemán Nick Heidfield o el brasileño Lucas Di Grassi, o los hijos de leyendas del automovilismo como Nelson Piquet Jr. y Nicolás Prost, el retoño del cuatro veces campeón de Fórmula Uno, Alain Prost.