Una denuncia anónima llamó la atención de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE).

Allí, les contaban que en una de las propiedades que pertenecen a Gabriel Omar Batistuta —54 años, segundo máximo goleador histórico de la selección argentina con 56 tantos, ídolo de la Fiorentina y la Albiceleste, campeón con la Roma— se incumplían muchas de las condiciones mínimas. Que los trabajadores, de hecho, estaban sufriendo.

De inmediato, el sindicato reaccionó al llamado, tomó cartas en el asunto y se dirigió hasta Reconquista, Santa Fe, para concretar una exhaustiva revisión del campo y, así, constatar lo que les informaron previamente.

Esto se encontraron:

“Había trabajadores en situación de explotación, mal pagados y en condiciones deplorables”, confirmó rápidamente José Voytenco, secretario general de la UATRE.

Es más, el directivo del sindicato pronto agregó que “nos llamó la atención primero la imposibilidad de acceder a los campos, fue algo muy difícil, y luego fue indignante lo que se pudo ver”.

Más tarde, Voytenco entró en detalles. Allí, donde Batistuta, había “siete trabajadores que vivían en una vivienda precaria, con jornadas de más de las ocho horas establecidas, no se le pagaban horas extras, no estaban registrados, no tenían ropa de trabajo adecuada y algunos tenían discapacidad”.

Por cierto, “las escalas salariales no se cumplían y tenían cero provisión de agua potable”.

El exgoleador aún no se pronuncia sobre la acusación que pesa en su contra.

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