El fútbol inglés ha vivido a la sombras de las grandes potencias como Alemania e Italia. Incluso Francia y España los superaron en el último tiempo, por lo que los inventores del deporte más popular del mundo se aburrieron de ser comparsas.
Así es como apostaron a una renovación total. No más vejestorios ni vacas sagradas en una banca, porque la idea era apostar a gente de casa que pusiera darle aires nuevos a Los Tres Leones, como es conocida en Gran Bretaña la selección inglesa.
Así fue como Gareth Southgate asumió hace un par de años la banca del equipo. Y de inmediato demostró personalidad, dejando en el olvido a jugadores históricos como Wayne Rooney o Joe Hart, para revolucionar a los ingleses con savia nueva.
"Estoy decidido a dar todo lo que tengo para entregar al país un equipo del que se sienta orgulloso y que va a disfrutar viéndole jugar y desarrollarse. Para mí, el trabajo duro comienza ahora", comentó el entrenador al asumir el desafío. Y vaya que lo ha hecho bien.
No solamente le aplauden tener a Inglaterra en semifinales tras 28 años de espera. Y que tenga opciones de disputar una final, algo que solamente consiguieron en 1966. Es la forma de jugar que le imprimió al equipo, muy distante del típico fútbol inglés de pelotazo y pelotas aéreas, lo que le ha servido para el éxito.
Apenas cinco jugadores que estuvieron en Brasil 2014 se repitieron el plato. Y no le tembló la mano. "La decisión a la que me he enfrentado es si debo convocar a Hart por su experiencia o a tres porteros (Butland, Pickford y Pope) que han tenido un mejor año", comentó en su momento. Al final, prefirió a los mejores.
Para tomar estas determinaciones le ha servido mucho hablar con Pep Guardiola, su gran consejero. "Estoy a tu disposición las 24 horas del día, puedes llamarme todo el día", le dijo el DT del Manchester City. Inteligentemente, ha tomado esa mano.
Valorado
Claro que no sólo lo aplauden por la pelotita. Su elegancia al borde de la cancha también ha sido uno de los puntos que se ha valorado mucho.
Esto porque se le ha visto luciendo un traje de tres piezas azul marino de corte slim fit, donde destaca el chalequillo que ya muchos le han empezado a copiar en el Reino Unido.
La ropa corre a cargo de los grandes almacenes ingleses Marks & Spencer, y el valor bordea los 350 euros (unas 250 lucas chilenas). Algo que a Southgate le ha valido llamarse el James Bond del fútbol.
Por ahora, sólo se preocupa de las semis ante Croacia. "Quedan dos partidos para el sueño", asegura.