El Barcelona cayó por 4-0 en Liverpool, cuadro que remontó el 0-3 de la ida en el Camp Nou, y se fue humillado de la Champions. El "Rey" fue titular y uno de los pocos que se salvó de la ácida crítica.
Esas son las cosas que tiene este deporte, que cree en milagros y, sólo a veces, imparte justicia. Liverpool dio una inmensa muestra de amor propio que conmovió al mundo del fútbol. Cuando todos los desahuciaron tras el 3-0 que le propinó Barcelona en la ida, el cuadro inglés se dio el gusto de eliminar a los hispanos con un expresivo 4-0, donde desnudó la peor cara del equipo de Arturo Vidal.
El chileno fue uno de los pocos que se salvó de las recriminaciones, pero a sus 31 años (cumple 32 el 22 próximo) aún deberá esperar por el sueño de su trofeo más esperado: la Liga de Campeones de Europa.
Pero no es para sorprenderse. Los tres goles en el Camp Nou maquillaron el mal juego "culé" de la ida. Ayer, los "Reds" no hicieron más que confirmar esa supremacía y esta vez no fallaron.
"La presión alta", insistía el técnico del Barça, Ernesto Valverde, tras el juego. Y no dejaba de tener razón. Así salió el primero de Divock Origi, el belga que salió de los más profundo de la suplencia ante las lesiones de Mohamed Salah y Roberto Firmino.
Aunque lo peor del chaparrón vino en el segundo tiempo. Los británicos igualaron la serie en el 3-0, en sólo dos minutos. Ambas conquistas las firmó el holandés Giorgino Wijnaldum, cuyo puesto natural es volante de contención, pero que el vivo de Jürgen Klopp ensayó como delantero en su esquema de fútbol total, tal como lo hiciera en España, seis días antes, sin el resultado esperado.
El Barça estaba en el suelo y nunca reaccionó. Mas lo peor estaba por venir. No por el cuarto tonto, perdón tanto... Sino por la manera en que cayó. Liverpool apuró el córner con todo el adversario esperando nada y Origi no hizo más que pegarle de primera, ante las atolondradas marcas "culé". Fiel corolario de otra humillante jornada, tal como el año pasado, cuando en cuartos de final la Roma le dio vuelta la serie con los mismos tres de desventaja.
Como era de esperar, las explicaciones fueron escuetas y las críticas abundantes. Uno de los pocos que se salvó frente a la debacle de los catalanes fue el mediocampista chileno.
"De lo mejor sobre Anfield y el que entendió cómo se debía afrontar este partido. Acertado en las ayudas y las recuperaciones, le costó aguantar el altísimo ritmo con el paso de los minutos y fue cambiado al estar fundido", escribió el diario Sport tras el duelo, con nota 5 y el mote de "Salvado". Porque, coincidencia o no, la salida de Vidal fue a los 75', cuatro minutos antes de la avivada del cuarto.
Sus compañeros no corrieron la misma suerte. Ivan Rakitic y Philippe Coutinho, por ejemplo, fueron evaluados con nota 0.
Y aunque Lionel Messi fue benevolente con Lionel Messi, los madrileños no la dejaron pasar. "Volvió a desaparecer: 17 pérdidas y 35 pases. Partido flojo del 10 del Barcelona cuando más le necesitaba su equipo", escribió Marca.
Jürgen Klopp: "No entiendo cómo lo hicimos"
Liverpool se sacó una espina. Tras perder la final del año pasado ante Real Madrid, el equipo inglés prometió volver a la instancia. Y aunque estaba todo perdido, el técnico Jürgen Klopp dice que nunca lo dudó.
"Les dije a los jugadores que era imposible... Menos para ellos. Ganar es difícil, pero hacerlo sin haber recibido goles... No entiendo cómo lo hicimos. Estos chicos son gigantes, es increíble", dijo el DT alemán.
Los "Reds" esperan al ganador de la llave entre Ajax y Tottenham (15:00). Los holandeses ya ganaron 1-0 en Londres.
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