En la previa del pleito con Palmeiras por la Libertadores, Héctor Tapia abrió su corazón para hablar de su rol de suegro, las cábalas coperas y del recuerdo de su padre, que falleció en 2003.
Sentado en la galería del estadio Monumental, el técnico Héctor Tapia pregunta si lo queremos hacer llorar. Ya han pasado varios minutos de la entrevista y no evade ninguna pregunta. Sí, por algunos minutos Tito colgó el buzo y calmó las ansias por el partido del jueves ante Palmeiras por la Copa Libertadores y dejó que La Cuarta entrara en su intimidad.
"No sé si estoy más tenso de lo habitual. Pasa que siento más las derrotas que los triunfos, no me gusta perder. Y caer ante Everton (el 2 de septiembre, por 4-2) empañó esa buena semana, donde veníamos de ganar el Superclásico y clasificar ante Corinthians", señaló el estratega.
- Y lo reventaron en las redes sociales…
No tengo nada de eso, pero me cuentan lo que sale. De pronto, la gente opina sin tener toda la información y es parte del cargo. Pero siempre es más fácil criticar.
- La cara alegre la vive en la Copa.
¿Cómo celebró estar entre los 8 mejores de América? Muy tranquilo, en familia. Mi señora y mis tres hijas se ponen muy contentas con los logros que hemos conseguido, porque saben todo lo que uno le dedica esto y la responsabilidad que conlleva.
- ¿Lleva trabajo para la casa?
A veces, pero en general trato de no hacerlo.
- Y ahí la patrona lo reta…
(Sonríe) Sí, es verdad. Cuesta desconectarse, especialmente cuando pierdes un partido. No he podido manejar la sensación en mi cabeza, y eso que pensé que con los años podría hacerlo.
- ¿Cómo eres en tu casa?
Trato de disfrutar mucho a mi familia. Claro que mi señora se lleva el mayor trabajo, sin duda. Yo al estar poco, como jugador y ahora como entrenador, no puedo llegar a retar y guiar. No obstante, intento vivir los momentos agradables y ejercer mi rol de papá.
- Y como suegro, ¿qué tal?
Uno siempre busca que quieran y respeten a tus hijas, nada más.
- Lo imagino con la escopeta en la mano…
Soy celoso, pero tengo que asumir que ellas tendrán una relación y lo que pido es no verlas sufrir.
- ¿Y si le sale un yerno de la 'U'?
Lo único que deseo es que quieran y respeten a mis hijas…
- ¡De la 'U'!
La va a tener más dura, sin duda, pero lo importante es lo que te dije antes.
- ¿Su familia es su cábala?
Sí, y es la que permanece. Siempre las llamo antes de salir a la cancha.
- ¿Hay algún rito que iniciara en esta Libertadores?
Parece que no, porque me he cambiado de ropa, tampoco ha jugado el mismo equipo…
- Tiene que hacer alguna por ahí…
Bueno, sí. El día anterior al partido, hacemos la táctica fija (trabajo con pelota paradas) y siempre mantenemos el mismo orden en el ensayo.
- Pensé que diría que mira una foto de su papá o algo así…
No tengo imágenes físicas. Las llevo en la memoria. Es que mi padre estuvo y ha estado muy presente en este club. Hasta los hinchas siempre me lo recuerdan.
- ¿Te hace falta verlo?
Usted me quiere hacer llorar…
- ¡Nooo! Es sólo para saber si aún lo buscas en las gradas…
Cuando jugaba y hacía goles, ahí (en tribuna) estaba siempre mi familia y, por supuesto, mi papá. Hoy están mis hijas y mi señora. Ellas llenan totalmente ese lugar que dejó vacío mi padre.
- ¿En ellas lo ves?
Uno lo siente, lo ve ahí y hoy el reflejo de mi papá está en mis hijas. Cuando las veo a ellas, veo a mi papá.