El excapitán de la selección uruguaya no se dejó amedrentar y capturó él mismo al ladrón. Ningún respeto al ídolo.
Las imágenes chocan. Primero, porque no dejan espacio a ninguna duda: el ladrón fue cazado in fraganti. Después, llama la atención el momento que eligió, la escena, su descaro.
Diego Lugano, leyenda de la selección uruguaya lo es también en Sao Paulo. Con esa camiseta y con la cinta de capitán conquistó tres trofeos: la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes de 2005, además del Brasileirão un año más tarde. Es decir, en el Morumbí hay quienes levantan una religión en torno a su figura. Pero ni siquiera eso le impidió eludir un intento de robo. Maniobra que tristemente protagonizó un hincha del propio club.
El exzaguero llegó hasta la casa del Sao Paulo para presenciar la final de vuelta de la Copa de Brasil, que lo enfrentaría al Flamengo de Jorge Sampaoli. Y aunque el resultado fue satisfactorio para el “Tricolor”, que ganó el único trofeo que hacía falta en sus vitrinas, antes, Lugano debió enfrentarse al forofo.
En concreto, un grupo de hinchas al divisar al uruguayo se acercaron para abrazarlo y tomarse algunas fotos con él. Entonces, de entre todos ellos, un “hincha” se aprovechó de la distracción para tomar el celular de Lugano desde su bolsillo derecho.
De seguro no sabía con quién se metía. Inmediatamente, al notar lo sucedido, La Tota, como lo apodaban, localiza al antisocial, lo corretea y consigue atraparlo. “Se va a la policía”, se escucha decir, mientras era respaldado por el resto de los torcedores.
Ahora, ¿qué pasó con el celular? Poco se sabe. En las imágenes el defensor le pregunta reiteradamente por el aparato al sujeto, que permanece en silencio, intentando acaso desmarcarse.
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