Existe un jugador en el actual plantel de Colo Colo que sabe lo que es enfrentar a Corinthians y, lo que es mejor, lo ha dejado "llorando" anteriormente.
Era 2 de marzo de 2018 cuando Jorge Valdivia, quien en ese entonces era el "10" del Palmeiras, le dio la victoria a su equipo tras un rebote de Julio César que el chileno aprovechó y mandó a guardar.
Fue luego de ese tanto que el volante nacional se ganaría un pedacito del corazón de todos los torcedores de Palestra Italia: tras anotar el único gol del partido Valdivia decidió celebrarlo con el típico gesto de llanto, aunque la historia venía de un poco antes.
Durante la semana se había calentado el clásico paulista con declaraciones de Willian, defensa del Timao, en contra del "Mago", a quien acusó de ser un llorón.
"Dijeron que Valdivia es un llorón, que llora y llora. ¿Y qué hice?, los dejé llorando. Estoy llorando de alegría", fue lo que declaró en ese entonces.
Fue en su segundo paso por Palmeiras, entre 2010 y 2015, que el Mago sumó un nuevo capítulo frente al Corinthians. En 2011, en un clásico que terminó empatado, el Mago se fue a las duchas antes de tiempo tras pegar feroz codazo a Jorge Henrique para luego aplaudirle al árbitro en la cara.
Esta historia frente al Timao fue de las más amargas para el "10", quien tuvo que ver como el archirrival dio la vuelta ganando el brasileirao en su cara.
No fue la única
Un día, mientras se encontraba concentrado con la selección chilena, Jorge Valdivia decidió meterse a redes sociales para burlarse del Corinthians con un irónico tuit.
https://twitter.com/el_mago_oficial/status/639816976165175296
"Llamé a la NET (TV Cable) para comprar un partido del Brasileirão, pero la operadora me dijo que el Corinthians ya los había comprado todos", fue lo que escribió en septiembre del 2015 a lo que la cuenta oficial del Timao respondió.
https://twitter.com/Corinthians/status/639841798278500352
"Ya que siempre te quedas fuera cuando la pelota rueda, hazte un fiel torcedor (hincha). Tenemos planes a partir de 9 reales por mes", fue la ágil respuesta del club paulista.
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