El extécnico albo está en la mira por los malos resultados y, en especial, por la aparente mala relación con sus dirigidos. Vélez aún no gana desde que llegó.
El campeonato argentino lleva apenas tres jornadas, pero la gestión de Gustavo Quinteros en Vélez Sarsfield parece ya tener fecha de vencimiento. Últimos en el grupo A, con un punto sobre nueve posibles, y tras encajar un 0 a 5 histórico frente a River Plate, al entrenador —multicampeón con Colo Colo— se le achaca la responsabilidad de una serie de episodios que explicarían el mal inicio del “Fortín” y que apuntan, en especial, a una pésima relación con sus jugadores.
Por si fuera poco, sus declaraciones pospartido tampoco ayudaron demasiado: “No tuvo nada que ver el esquema, sino el tema de fragilidad, de falta de agresividad, de dejar libres a los rivales en el área, de dejar recibir de espaldas siempre a uno de los dos delanteros. La verdad, es que es un resultado que da vergüenza”.
En resumidas cuentas, se lavó las manos y culpó al plantel por el bochorno ante los millonarios.
El periodista Martín Etcheverry se afirmó de aquello para asegurar que “hay ciertas actitudes de Gustavo Quinteros que no gustaron en el vestuario desde la pretemporada. Acusan que fue soberbio, que existieron varios destratos (como llamar a los jugadores por sus apellidos), y no están conformes con su trabajo”.
Pero lo más grave vino después, hace unas horas, cuando Hernán Poggi lanzó una durísima acusación que deja al exentrenador albo entre la espada y la pared:
“El técnico en los primeros 10 días dejó hacer y se hizo poco. Se metió con el paraguayo mal, con el colombiano mal, lo pidió al ‘Loly’ Piñeiro e hizo que Vélez pague doble comisión a los representantes. Uno de ellos, muy allegado al cuerpo técnico”.
Palabras que de inmediato traen a la memoria las de Matías Camacho, presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo, quien en diciembre, tras la salida de Quinteros, lo acusó de exigirle a Darío Lezcano el cambio de su representante para arribar a Macul.
“Es una situación gravísima, es decir, que efectivamente haya tenido un representante toda su carrera, pero que para llegar a Colo Colo haya tenido que cambiar de representante al mismo del DT, me parece que a lo menos tiene que llamarnos la atención. Es muy raro y grave”, exclamó en aquella oportunidad.
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