Luego de llenar las páginas de la prensa rosa por su tríangulo amoroso con Maxi López y Mauro Icardi, ahora le critican su rol de representante de su marido. Una mujer de armas tomar.
Hablar de Wanda Nara es hablar del escándalo del siglo en el fútbol mundial, luego del triángulo amoroso que protagonizó con Maxi López y Mauro Icardi.
Corría el 6 de noviembre de 2013 cuando la bailarina y figura de la TV argentina anunciaba el fin de su matrimonio con López. Cinco años de relación y tres hijos eran el resumen de un romance "clásico" entre futbolista y modelo que tenía un abrupto fin, pero sería el tercero en cuestión quien haría crecer el escándalo a límites insospechados.
Las páginas de la prensa de deportes y espectáculos se turnaban para publicar los detalles del noviazgo de Wanda con Mauro, otrora amigo y fan de Maxi, pero que ahora pasaba a ser su enemigo número uno y los cruces en la cancha se alternaban con las fotos de los niños ocupando la camiseta de Icardi, pese a no ser sus hijos.
El revuelo fue tal que el capitán del Inter no tenía espacio en la selección Argentina, pese a que ya construía su liderazgo en el team lombardo, club que lo posicionó como ídolo hasta hoy, fecha en la que la relación entre él y el cuadro parece está rota por culpa de quien representa al crack: precisamente, Wanda.
"Mi sueño es ganar trofeos con este equipo. He oído muchas cosas durante la ventana de transferencia pero el club estaba a mi lado, tengo a mi agente y esposa Wanda para agradecer por esta renovación", declaraba Mauro el 7 de octubre pasado cuando se anunciaba el vínculo entre ambas partes hasta 2021, sin embargo el cambio en los últimos días fue radical.
Las trabas en la extensión del mismo hizo que el club le quitara la jineta de capitán, que el delantero portaba desde el 2015, y la respuesta de él, motivada por su mujer, fue no viajar a Austria por el duelo que el Inter tuvo el pasado jueves por la Europa League.
"Estaba claro que algunas cosas que rodean a Mauro había que arreglarlas y lo de hoy lo demuestran. Por mi parte, el tema se acaba aquí", fueron las palabras con las que el DT Luciano Spaletti trató de apagar el incendio. Pero eso poco le importó a Nara, quien ocupó su tribuna en la tele italiana para devolver misiles.
Tras asegurar que Ivan Perisic se quería ir del club, fue el mismo croata quien encaró a Icardi en el camarín. "Dile a tu esposa que no hable más de mi", fue el áspero recado que retumbó en el camarín. Un camarín roto por el huracán Wanda.