El "Chaco" se sinceró en el Monumental y aseguró que si bien impone su carácter en el camarín, jamás ha dejado de mojar la camiseta. Mientras él hablaba, ByN despedía al 30% del personal.
Un lienzo. Un rumor. Y varios posteos en redes sociales. Toda esa bola de nieve acusaba a Juan Manuel Insaurralde de -por decirlo suave- ser tibio a la hora de jugar.
Nunca hubo una nota periodística al respecto, pero como siempre la culpa la tienen los medios de comunicación y en tiempos difíciles hay que quedar bien con los hinchas, el "Chaco" utilizó una vieja fórmula futbolera: echarle la culpa a la prensa.
"Acá está el equipo por sobre los nombres y tengo la conciencia muy tranquila de mi compromiso con el club. Juego todos los partidos y pueden decir que jugué bien o mal, pero jamás pueden decir que me quiero ir del club o de que no tengo mi compromiso", disparó el central argentino.
Luego agregó que "a veces me enojo, es verdad, soy cabrón y me molesto con los más jóvenes, pero que digan que soy conflictivo o que me quiero ir, es falso y eso no lo voy a permitir".
La economía
De lo que también habló el defensor fue del millonario premio que el patrón de ByN, Aníbal Mosa, quiere entregarles por no descender (300 millones de pesos a repartir).
"De parte nuestra nunca pedimos algún premio porque somos empleados del club y nos comprometemos a salir de esta situación, y si hay un bono, viene de parte de la dirigencia. Nosotros no exigimos nada porque no estamos en condiciones de pedir algo", explicó.
Lo que Insaurralde no sabía era que mientras él hablaba, muchas trabajadoras y trabajadores del Monumental eran despedidos, incluyendo a la entrenadora del fútbol femenino, Vanessa Arauz. Otro punto negro en la nefasta administración de Mosa y compañía.