“La pelota tomaría mucho más velocidad”, planteó de entrada el astrofísico sobre el disparo ocurrido en Copa América 2015 durante la final.
José Maza recurrió a sus conocimientos astronómicos para explicar cómo habría sido en la Luna el penal que pateo Matías Fernández en la tanda de la final ante Argentina por la Copa América 2015.
El doctor en astrofísica fue consultado por el periodista Pedro Canales, de Desde La Tribuna. “Uno puede inventar, y lo que te diga me lo tendrás que creer, porque no tienes idea, y yo tampoco”, le advirtió de entrada el experto.
Hay que considerar que la gravedad en aquel satélite natural es de 1,62 metros/segundo, que sería la velocidad a la que iría un objeto en caída libre hasta la superficie; mientas, en la Tierra es de 9,8 m/s. Es decir, allá los objetos pesan unas seis veces menos que acá.
“La pelota tomaría mucho más velocidad”, planteó. “Un pelotazo como ese, tal vez ejecutado en un ángulo un poquito distinto, podría haber recorrido 3/4 de la cancha”, por lo que en la Luna podría llegar “300, 400 o 500 metros más adelante”.
La descripción de José Maza
“Si pesa seis veces menos obviamente el impulso, el golpe que le pega el pie de Matías Fernández, con la fuerza de la pierna y apoyando el cuerpo, es un golpe seco que va impulsar la pelota mucho más lejos”, explicó. “En la Luna no hay resistencia al aire”.
“Así que yo creo que el pelotazo hubiera roto la red y el arquero (Sergio Romero) no hubiera tenido ninguna posibilidad” y, por lo tanto, en su opinión, “los penales tendrían que patearlos de más lejos, porque si los patean con once metros de distancia, el arquero no tendría nunca chance”, aseguró sobre aquel cuerpo celeste.
En caso de que ese balón impactara a una persona, supuso “yo creo que en la Luna, como la pelota es mucho más rápido, sería un golpe brutal”. Así que “si practican fútbol en la Luna las personas tendrían que estar con un casco, y a lo mejor le rompen el casco, por lo que tendrían que tener un traje muy especial para poder practicar fútbol allá”, remató.
En aquella final, tras un empate a cero en el Estadio Nacional, La Roja se impuso 4-1 en penales ante los albicelestes, siendo “Matigol” quien abrió los fuegos con un cañonazo que se clavo en una esquina del arco.
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