El patrón de ByN deberá inclinarse por los jugadores o Mayne-Nicholls. Si opta por los primeros, Harold podría irse.
¿Dónde está Aníbal Mosa? Esa es la pregunta que hoy se hacen en Macul.
El patrón de la concesionaria brilla por su ausencia, mientras el conflicto con los jugadores sigue sin solución.
"Está en su casa. En cuarentena, como debe ser. Pero preocupándose de todas las demás operaciones de la institución", cuentan las voces oficiales. Las mismas que difieren del capitán Esteban Paredes, quien el lunes lo emplazó a estar en la mesa negociadora. "¿Por qué debe estar Aníbal? Cada parte elige quién va a la mediación en la Dirección del Trabajo y por la sociedad anónima va Harold Mayne-Nicholls", agregaron.
Pero quienes conocen mejor al empresario sureño, saben que el hombre está preocupado. Si bien hoy mantiene firme la decisión de no meterse, hasta usa otro celular, una duda se alojó en su cabeza: intervenir para que todo llegue a buen puerto esta semana o dejar, como admitió, que la sangre llegue al río.
Las opciones
La primera opción es conveniente en términos económicos, pues si llega a un arreglo con los deportistas mata dos pájaros de un tiro: se reconcilia con quienes siempre mantuvo una gran amistad y alarga los descuentos de sueldo hasta diciembre.
La segunda alternativa implica recolectar en dos meses cerca de 1.200 millones de pesos, pero comenzar a pagarle el sueldo completo a los cracks desde junio (donde se piensa podría volver el fútbol). Eso, además de la posibilidad cierta de que Harold Mayne-Nicholls abandone Macul. Hoy el vicepresidente es la piedra de tope del plantel (y de varios funcionarios) y quien ha defendido la propuesta de la empresa ante el plantel.
Por lo que si Mosa le quita el piso, no sólo el directorio de ByN quedará descontento, también Harold podría quedar dolido. ¿Que decidirá Aníbal? Por ahora lo medita en la intimidad de su hogar.