El rookie de los Pelicans es llamado "el nuevo LeBron" y en octubre, cuando estaba listo para demostrar todo su potencial, su rodilla lo traicionó. Recién ahora pudo debutar y con su talento y potencia tiene al mundo a sus pies.
Desde LeBron James que no se espera tanto de un debutante de la NBA. Con ese cartel llegó a la máxima competición cestera el joven Zion Williamson, la superestrella de la secundaria que con la camiseta de Duke rompió todos los registros en su categoría.
Como era de esperarse, el astro de 18 años asomó en el Draft como el favorito para ser elegido en la posición 1, así que la puja de los equipos para quedarse con ese escaño fue intensa. Los Lakers asomaban como su hogar, pero la suerte no estuvo del lado de los oro y púrpura, ya que en la punta para fichar quedaron los Pelicans, quienes sin sorpresas decidieron por la joyita de ébano como su mega refuerzo.
Desde ese momento, el conjunto de New Orleans se frotaba las manos para gozar con el hombre llamado a convertirse en el nuevo Michael Jordan. Su rendimiento en la pretemporada fue sobresaliente, lo que alimentó aún más las esperanzas de los fanáticos del cuadro que compite en la Conferencia Oeste.
Sin embargo, a días de su estreno oficial en la NBA, el nacido en Carolina del Norte sufrió un revés inesperado, tanto para él, como para su equipo y los seguidores: el 18 de octubre, el "nuevo LeBron" se lesionó en una de sus rodillas, con un diagnóstico de cuatro meses fuera de las canchas. ¡Tragedia!
Con sus 198 centímetros y 130 kilos de peso -biotipo poco común para un basquetbolista que se desempeña como ala pívot-, los especialistas de los Pelicans comenzaron a trabajar en su recuperación, procurando dos cosas: que la inactividad no se tradujera en subidas de peso, y que aprendiera a controlar sus ágiles movimientos en relación con su contextura, para evitar nuevas lesiones a futuro.
La recuperación de Williamson fue a toda máquina. Muy pronto se entrenaba con normalidad con sus compañeros, y pese a que los medios especulaban semana a semana con que por fin se daría su debut, la cosa siempre se dilataba.
Hasta que la gran noche de Zion llegó, contra los Spurs. ¿El resultado? Tres primeros cuartos que hicieron creer a fanáticos y especialistas que el joven no estaba apto para la dura competencia. Y un último cuarto que lo puso al nivel de las superestrellas: 17 puntos, ¡13 de ellos en tres minutos!
Su estreno fue soñado, y en su segundo partido, ante los Nuggets, en el que aportó 15 puntos y un tapón que dio la vuelta al mundo, la nueva perla del básquetbol mundial quiere dejar en claro por qué Michael Jordan lo tapó en dólares para que vista su marca y algún día pulverice todos sus históricos registros.
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