El capitán del Barcelona recibió un manotazo sin pelota del escocés Robertson. El arbitro, como siempre, ni pitó.
Con todo comenzó el duelo por la semifinal de vuelta entre el Liverpool y Barcelona, pues el cuadro inglés desde el primer minuto saltó con el objetivo de remontar el 3-0 en el Camp Nou.
De hecho, fue gracias a ese planteamiento que en los primeros minutos dio resultado con la anotación de Divock Origi, quien aprovechó un rebote en el área catalana de Marc-André ter Stegen.
Sin embargo, a los dueños de casa se le pasaron las revoluciones en el inicio del encuentro en Anfield Road. Y el mayor perjudicado fue nada menos que Messi.
Agresión
Tras un ataque fallido del Barcelona, el trasandino quedó exigiendo falta tras un encontrón con Andrew Robertson. Lo que molestó al lateral izquierdo que aprovechando que el arbitro no estaba mirando, le dio un manotazo mala leche al "10".
"El escocés no se tomó bien una y lo agredió mientras estaba en el suelo", detalló el diario Olé. Tras ello el juez Cuneyt Cakir solo atinó a charlar con ambos y hacer las pases.
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