La Firme con Manuel De Tezanos Pinto: “Cuando abrí el canal de YouTube se reían de mí algunos que ahora abrieron sus canales”

Manuel De Tezanos Pinto aterrizó en Buenos Aires en agosto de 2010. A fin de cuentas, ninguno de los trabajos que desempeñó en Chile —en La Red, Canal 13, Mega o las radios— había llenado sus expectativas. Ahora, en cambio, llegaba a Fox Sports, entonces el medio deportivo más grande del continente. En rigor, trabajaba como corresponsal para la estación desde hacía seis años, pero se le presentó esta otra oportunidad, acaso el sueño del pibe: conducir los noticieros, trabajar en cancha en transmisiones con dos esfinges como Fernando Niembro y Mariano Closs, Copa Libertadores, Sudamericana, recorrer los estadios insignes de la región. Un sueño que, sin embargo, pronto se estrelló contra lo cruel de la realidad: Juan, su hijo de dos años y nueve meses, falleció. Tenía un virus intrahospitalario que no fue tratado a tiempo. Lógicamente, el mundo se le vino abajo. Hubo pena, llanto, incredulidad y una separación de por medio. Pero dos meses después, aun sin vivir el duelo, Manuel retomó sus labores al otro lado de la cordillera. Errático en su regreso inmediato —“alguna vez estuve flojo y acepté los consejos”—, con el tiempo se fue acomodando al punto que su experiencia devino en uno de sus picos profesionales —“realmente lo pasaba bien delante y detrás de cámara”—.

Una oferta de TVN en 2015 lo trajo de vuelta. En sus palabras, le prometieron que sería el siguiente Carcuro. Pero el entusiasmo se apagó al poco de su llegada. Decepcionado por lo que estimó un fracaso, el teléfono volvió a sonar. En TNT Sports le hicieron llegar un proyecto: Todos somos técnicos. El resto de la historia se puede resumir en los tres Copi (Copihue de Oro) que la barra pop les obsequió y en su estado de confort. “Nunca pensé que en Chile me iba a sentir tan bien”, dirá en las siguientes líneas. En paralelo, desde octubre de 2015 cuando abrió su propio canal de YouTube, levantó una de las comunidades más sólidas de futboleros en Internet, reconocibles por su devoción al “jugador secundario” y crear un “metalenguaje” de la pelota.

De eso habla aquí Manoooel. De Todos somos técnicos, los premios inesperados, the Argentina experience, el Balong, su efímero paso por la farándula, periodismo, Universidad Católica, humor y un poco más.

La firme con Manuel de Tezanos Pinto

La gracia de TST es que empezó de cero y tuvo libertad para crecer hacia donde pudiera crecer. Y en ese sentido, no hubo reglas, no nos limitaron. Primera vez que estoy en un programa de debate hecho en Chile desde el inicio. Había estado en transmisiones en mi etapa de otros canales, o en programas que venían mutando de ediciones anteriores, como me pasó en Goles de TVN. O en Fox Sports, que eran adaptaciones de formatos que existían allá. Pero nunca pude empezar de cero en un programa.

Si el programa hubiera sido serio desde un principio, quizás seguiría serio. Pero empezó a salir el humor, empezaron a aflorar las personalidades de cada uno de los personajes. Yo creo que esa fue la gracia: fue totalmente orgánico y ha sido un programa que tiene personalidad absolutamente propia. Ese es el éxito, que es honesto. Nosotros honestamente lo estamos pasando bien, nosotros honestamente improvisamos, nosotros honestamente nos peleamos cuando ha pasado. Es un programa que cae bien a la gente, que se convierte en una especie de matinal de la tarde a ratos. Y ese es el secreto.

TST es como un camarín. Lo que pasa es que yo sólo he estado en camarines de equipos de ligas, nomás. Y ahí es un ambiente distinto: a nadie le gusta ser suplente, jajaja. Pero aquí es divertido. Las cosas que hablamos en la pauta, las cosas que hablamos entre nosotros..., nos matamos de la risa. Vemos los partidos juntos, nos hemos ido conociendo, nos respetamos. Tiene cosas de camarín: sus pequeños grupos, sus formas de tratarse... Sí, tiene una cosa de equipo de fútbol, sin duda.

Lo de los premios para mí fue inesperado, la verdad. Sólo había ganado un Martín Fierro alguna vez, como parte de Fox Sports Noticias. Pero yo era un actor muy de reparto en un programa que llevaba mucho tiempo al aire. Ahora, ser el conductor de un programa que ha ganado tres veces el Copihue de Oro, que es votación popular, no hay un grupo de expertos que decide sino la gente, y que hemos ganado por harto, es un honor. Hay que agradecer mucho. Y también es un desafío, porque tenemos que reinventarnos en el éxito, y en eso la producción es muy buena. Siempre está buscando ideas, fórmulas para que el programa no sea siempre igual.

Pasaron rápido los mil capítulos. Es que hemos pasado por tanto, por el verano, por las transmisiones en los estadios, distintos tipos de secciones. Entonces, si bien son mil, se ha dado una especie de evolución lógica en el programa, porque es el que analiza el fútbol en el canal, el que tiene a los comentaristas de peso… simbólica y verdaderamente. Eso: fue una evolución lógica, la verdad.

TST es el programa más importante en el que he estado, sin duda. En Chile lejos. Y ahí ya tendría que empezar a compararlo con experiencias que viví en Argentina, con Maxi Palma y Los Mosquiteros. Yo nunca pensé que en Chile me iba a sentir tan bien como me sentía con Juanjo (Buscalia) y Walter Safarián, o con Alina (Moine) en el noticiero de la noche, donde realmente lo pasaba bien delante y detrás de cámara. En Chile es la primera vez que tengo un programa donde todo es muy armónico, entretenido y nos reímos.

Es difícil escoger mi momento favorito del programa porque nos hemos reído harto... a ver, periodísticamente yo creo que la entrevista a Frank Kudelka fue la mejor. Fue una entrevista que todavía resuena por las cosas que se dijeron, por cómo se llevó. Y divertido, creo que lo de Waterman. Porque es uno de nuestros chistes recurrentes, y hace poco fui a El Salvador, me regaló su camiseta.

Hay varios jugadores que tienen rebuena onda con nosotros. En general hacemos una crítica bien intencionada, entonces siento que nadie nos reprocha meternos donde no debemos. Hay jugadores o técnicos a los que se les critica por lo que hacen con sus equipos en la cancha, y creo que la gente entiende que si hay humor y todo, nos reímos entre nosotros y de nosotros más que nada. Salvo que pase algo muy ridículo en la cancha, que a veces hasta los mismos jugadores se ríen.

Cuando abrí el canal de YouTube se reían de mí algunos que ahora han abierto sus canales... Hay varios, pero bueno. Yo trato de irme a las partes donde me entretengo. De YouTube siempre he sido consumidor y el canal empezó como una idea de hueón, hay muchos canales de fútbol, pero no hay uno que mezcle humor con fútbol, así que partió de ahí. En general se ha mantenido así, no hay mucho humor y fútbol mezclado. Sí han salido un montón de canales de fútbol, y está bien, algún día iba a pasar. Nosotros hemos ido evolucionando hacia las transmisiones en vivo en los programas diarios. Tenemos con Gonzalo (Fouillioux) Balong Radio. Y es un proyecto aparte, más personal pero muy importante, porque puedo desarrollarme en otra faceta. Además, hacer y grabar los videos tiene una narrativa que ha ido evolucionando. Estamos trabajando cada vez mejor los guiones y siempre el objetivo es ir mejorando en todo. La idea es no quedarse.

Con la comunidad del Balong lo pasamos bien creando un metalenguaje, que mucha gente ha adoptado. Y yo creo que no había nadie, no sé si en el mundo pero por lo menos de habla hispana, que destacara el rol del jugador secundario, no de la máxima estrella del equipo. Igual, siempre reconocemos el talento. Ahora el vivo de los lunes, que analiza el fin de semana, y el de los jueves, que es con los suscriptores (o Niembros, como les decimos), ya se está convirtiendo en revisar goles del Mago Valdivia, Chupete Suazo, y así vamos cambiando. Pero algo que nos caracteriza es el respeto y la valoración del actor secundario en el fútbol. Por cada Messi hay diez burros que tienen que correr y pasarle la pelota.

Hay harto de verdad en el Manuel que ven en la televisión. No cambio mucho, no hay personaje. De hecho, si ando en un mal día se nota. Pero soy honesto. Trato de serlo. Hoy, la gente que consume, sobre todo redes sociales, lo maqueteado lo detecta muy fácilmente.

Siempre fui igual, medio burro. Desde el colegio, burro de desobediente. Siempre desobediente. Entonces me cuesta mucho seguir instrucciones. Cuando es una buena instrucción, la sigo. Pero cuando considero que está equivocada, me rebelo, y eso me traía más problemas antes. Ahora tengo más espacio. En YouTube hago lo que quiero, pero acá (TNT Sports) me siento cómodo. Hay una pauta de temas y una línea editorial que seguir, pero si hay algún momento donde el programa nos lleva a otra parte, no hay nadie esperándote afuera pa’ decirte oye, no debiste haber dicho eso.

Argentina fue una mezcla de cosas. Llegué y se murió justo mi hijo Juan, que tenía tres años. Fue una nebulosa de cosas que pasaron justo al mismo tiempo... pero del otro lado, me enseñó una excelencia televisiva muy alta y con pocos recursos a veces. Muy alta exigencia en transmisiones, sobre todo. Trabajar con (Mariano) Closs y (Fernando) Niembro era... bueno, trabajar con Closs creo que sigue siendo muy exigente. Cuando lo veo, sé perfecto cuando no le gustó una respuesta del puesto de cancha. Pero esa época fue la última panregional en el fondo, donde llegabai de Tierra del Fuego a Canadá, y fue bonito. Después no ha vuelto a ser lo mismo. Pero esa época donde había que hablarle a toda América en general..., aprendí mucho de eso.

A mí me gusta la presión: si me equivoco, que me puteen bien puteado. Soy del tipo de jugador que necesita que lo remezan a veces. Alguna vez estuve flojo y acepté los consejos. Pero siempre he sido positivo al respecto. Piensa que en una transmisión en vivo, con 60 u 80 mil personas en un estadio, la tensión es alta, y ahí hay que estar con todas las facultades en primerísimo nivel.

Las primeras transmisiones en cancha me demoraba un poco en dar datos. Y era tal la presión que veía que Tití (Fernández) y (Marcelo) Benedetto se complicaban llenos de papeles. Así que llegué a idear una planilla Excel que lograba meter todos los datos en una sola página para no tener que andar buscando una por una. Y esa planilla después se la pasé a Gonzalo Fouillioux, a Gonzalo Quiroz. Yo creo que ha dado vuelta por el periodismo nacional. Todo en una página: edad, partidos jugados, por la selección, un espacio para poner dato extra por jugador.

Una vez Closs me preguntó cuánto calzaba Kevin Harbottle... o sea, te podía preguntar cualquier cosa, y le molestaba mucho la duda. Había que decirlo, nomás. Y eso era desafiante y exigente a la vez. Cuando nadie te exige, al final uno se empieza a relajar. Pero así llegué a hacer final de Copa Sudamericana, semifinal de Copa Libertadores en La Bombonera. Y hasta el día de hoy, Fernando Niembro me llama para pedirme datos de la selección o de algún equipo chileno. Así como yo respeté mucho su trabajo y seguí sus consejos, ellos también respetaron el mío.

A mí me gusta el entretenimiento, por algo hago standup, pero depende del lugar. En una transmisión no voy a hacer chistes. Por muy divertido que sea algo, yo entiendo que hay dos equipos jugando, veintidós profesionales que se sacaron la cresta por estar presentes en ese partido. Y si hay un jugador o un técnico que me cae mal, cualquier cosa, trato de tener el máximo respeto posible. Ahí soy serio, trato de no meter mis frases típicas. A veces los relatores mismos me dicen fue fuerte pero al balong, y yo me hago el hueón, nomás. Trato de respetar ese espacio. Después, en TST, cuando Chile pierde, no hay espacio pa’ chistes, o cuando Colo Colo queda fuera de la Libertadores, lo mismo. Otro día podremos tirar más bromas, o en el Balong lo mismo, pero hay momentos.

Las peleas y los grandes momentos televisivos no se buscan, se dan. Una pelea o un momento gracioso es totalmente genuino. De hecho, cuando lo hemos tratado de hacer medio preparado, no sale. Las cosas como Junior Playboy, que a los treinta segundos estaba en pelota, nadie lo vio venir. O cuando Roberto Tobar dijo les agradezco la acogida, y todos dijeron ¡¿Cómo?!, porque se comió el espacio... esas cosas salen ahí. Imagínate Roberto Tobar, con su seriedad, jamás diría algo así. Pero salen divertidas. Después de una hora serios, todos nos morimos de la risa.

Yo creo que todas las experiencias sirven, pero la farándula no me gustó. El hecho de ser famoso por ser famoso, no. No me molesta que se sepan cosas de mi vida privada, ni lo de mi señora por Tinder (NdeR: se conocieron vía la app), soy feliz de estar casado, quiero mucho a mis dos hijos y no tengo problemas con que eso se sepa. Pero como que la farándula va un poco más allá, se empieza a especular con cosas, gente que ni te conoce. Ahí ya esa parte no me parece. Escuché a gente que nunca pisó mi casa opinar de mí, pero bueno... por eso: es un lugar donde entré, supe cómo era, no me gustó y nunca más.

Me he topado con algunas personas y les he dicho en su cara por qué dijo eso de mí. Y no han sido capaces de responderme. Pero encuentro que es un área complicada. Por ejemplo, yo siempre pienso en TST qué pasaría con esta persona que estoy criticando, con este jugador, ¿soy capaz de mirarlo a la cara? Siempre hago esa crítica con esa perspectiva. Yo creo que el problema de la farándula es que se dicen un montón de cosas para aparecer en titulares, y claro, ¿después uno podrá enfrentar a esa persona y decirle en su cara lo que dijo en el programa? Porque he enfrentado a esas personas y no han sido capaces.

Hay gente que odia por odiar, y uno aprende a convivir. Al principio a uno le afecta más. Yo ahora no pierdo el tiempo. Es difícil, porque uno hace las cosas con buena intención, con profesionalismo, y la verdad, uno lleva veinte años transmitiendo fútbol. Es, como te explicaba, el switch de transmisión, switch TST, switch Balong. Uno en la transmisión, si juega Católica, ahora me toca Curicó-Católica, me da lo mismo que soy hincha, no me va a cambiar en nada. El año pasado una de las mejores transmisiones que hice fue Curicó-Católica, que fue un partido desde el estadio que perdió Católica 3 a 2 después de ir ganando 2 a 0. Y el entusiasmo que se vivía en el estadio... no iba a decir qué lástima que hizo un gol Curicó. No, entra en la narrativa del partido. Es más desafío pa’ mí ciertos entrenadores que no me caen bien, o ciertos jugadores, que Católica. Católica es un equipo más, nomás.

Dije que era hincha de Católica públicamente porque creo que uno debe poder caminar en los estadios seguro, sin que le pase nada. Lo hice principalmente por eso. Porque cuando iba al Monumental, que es donde más me topo con gente, hay respeto, buena onda. En general. Cuando fui al Estadio Municipal, puros hinchas de la “U”, ningún problema. A lo más te gritan una talla de lejos, pero nunca he vivido un momento tenso ni peligroso, y eso creo que es parte de la forma que tengo de comunicar, del respeto. Al final el mensaje es ese: no puede ser que, porque te guste otro equipo, uno va a andar tratando de favorecerlo en los comentarios; y dos, denostando a los rivales. Yo todo lo contrario.

Respeto a quienes no dicen de qué equipo son hinchas y sus razones. Creo que algunos creen que los van a tachar, van a pensar que son poco objetivos. Pero yo creo que al final uno termina siendo más duro con el equipo que le gusta.

No me cuesta ser imparcial porque lo entrené mucho. En la radio sobre todo. Cuando empecé a comentar ya en televisión, llevaba demasiado tiempo, harto training. Incluso había trabajado en Fox y había comentado a Católica, y era una transmisión para toda América. Trabajabai con personas que eran súper profesionales. A mí me tocó trabajar con relatores hinchas del rival de Católica y gritaban los goles de Católica como si fueran de su equipo. Entonces uno tiene que entrar en esa dinámica.

Un compañero que me sorprendió, porque pensé que no podríamos trabajar juntos, fue Pancho Sagredo. No lo conocía y cuando lo conocí, un agrado. Ahora, de TST, no conocía al Toby (Vega), pero no tenía razones pa’ pensar que nos íbamos a llevar mal. ¿Johnny? Ya lo conocía, reporteando. Ya conocía un poco su onda. Pero yo me adapto bastante además.

He hecho hartas hueás locas... el corte de Vidal estuvo weno. Fue emblemático, sin duda. Pero mi cortada de pelo al aire fue más loco que eso. Porque nada, po... estaba mi señora embarazada, estábamos en pandemia, mi señora no quería que me cortara el pelo, que íbamos a ir a la luna de miel e iba a salir pelado... y no sabía cómo me veía pelado. Se pospuso mucho. Y cuando llegó el momento, más encima había pasado todo esto de Viñuela (NdeR: el corte de pelo al camarógrafo de Mucho Gusto), entonces nadie quería hacerlo. A “Toby” le temblaban las manos. Pero al final salió bien, divertido. El más nervioso era “Toby” y fue bien loco eso. Sobre todo por lo que había pasado entre Viñuela y qué pasa si me corta al aire. O sea, si se equivoca... jajaja.

Es difícil vivir conmigo. Con cualquier persona que trabaja en televisión, yo creo. Con alguien que tiene exposición pública, para alguien que no tiene esa exposición hay un período de adaptación. A los horarios, por ejemplo. Y cuesta, cuesta a veces. Tiene semanas... es bien sacrificado.

En un reality no me veo. Pero ahora el Breretour, que va a salir en HBO, es una cuestión totalmente distinta a lo que he hecho en mi vida, y salió bien. O sea, siempre estoy abierto a opciones, a formatos, pero tampoco es algo que me entusiasme mucho. ¿Un formato que me atraiga? A mí me gustó mucho eso que hice con Ben. Relacionado con fútbol, algo así podría ser a futuro.

Cuando chico tenía como referente a “Tito” Fouillioux. “Tito” Fouillioux, yo creo que es lo que más se parece a lo que he hecho después. Porque era bastante lúdico. Tenía monitos y hacía esas cosas en el Mundial. Tuve la oportunidad de conocer a Gonzalo Bertrán, porque fui compañero de su hermano en el colegio, y aprendí mucho de televisión yendo a programas, escuchándolo y por supuesto que fueron grandes referentes. Aparte era un gran showman. Le gustaba que fuera grandioso todo.

Del periodismo deportivo, ¿referentes?, los que fui escuchando: Sergio Livingstone, Julio Martínez y Bonvallet, clave. Yo diría más Marco Sotomayor, porque era el periodista ahí. Pero el programa de Bonvallet, el ‘96 en Radio Nacional, fue el momento en el que dije ya, periodismo deportivo. Sin duda. Era una locura todo, pero me tocó justo en cuarto medio. Entonces, si tenía alguna duda, eso me convenció.

Me quedé con las ganas de haber trabajado con Bonvallet. Lo conocí muy poco.

Como jugador estoy lento, tengo 44 años ya, pero no soy tan rústico. Juego de contención o de central. No soy picado, pero el otro día me pegaron una patada sin pelota y lo fui a buscar al tipo después del partido. Pero porque me pareció mala leche. Durante el partido, si pego es sin querer. Mis fouls son de agarrar, foul táctico, trato de no pegar patadas descalificadoras. Uno va a pasarlo bien.

Yo me creía Fernando Redondo... pero era más como el “Flaco” Medina, jajaja. “Buena pegada”.

Me identifica Mourinho, aunque igual siento que a veces se le sale la cadena y toma decisiones medias pasionales. Pero yo soy de pensar harto las cosas que hago. Sí, reflexionar. Del fútbol chileno, me gustaba mucho Don Nelson (Acosta), porque tenía buen trato. Armaba buenos grupos y se adaptaba a las circunstancias, no jugaba siempre igual.

El momento al que le tengo más cariño como periodista fue cuando fui al Mundial de Sudáfrica. Yo era corresponsal y me fui a Argentina por decisión propia. Sabía que era empezar un poquito de cero, ya llevaba seis años de corresponsal, y cuando me decido ir, justo clasifica Chile, entonces se dio la oportunidad de ir a Sudáfrica. Ese fue un momento de mucho trabajo: llegué hasta las semifinales cubriendo partidos. Hice cuartos de final y ahí estuve todo el día al aire, así que fue sacrificado pero también el momento donde cambian las cosas.

Me gustaría siempre estar en los partidos de la selección, siempre en los clásicos. Porque siempre que estar en los estadios es clave para un análisis. Y a veces verlo por la tele te quita recursos. No necesariamente ser el comentarista principal pero cuando hacemos TST para mí es ideal: ves el partido, lo podís comentar después. Me gustaría seguir una buena campaña de Chile, como fue la de Sudáfrica. Después ya estaba en Argentina y me tocó poco estar en los estadios en alguna etapa.

La foto que tengo con Sir Alex Ferguson no la podía sacar, pero a mí todo me da lo mismo. Estaba prohibido, pero le pasé el teléfono a un amigo y le dije sácame fotos que lo voy a saludar. Y desde lejos estaba. Las fotos son sacadas desde muy lejos las originales. Pero emociona cuando uno está con él, es uno de mis grandes ídolos.

Ferguson y Van Basten son los más cracks con los que he estado. Van Basten me puso muy mala cara, muy pesado el hueón. Después le conté que había visto la final de la Eurocopa en una televisión de 10 pulgadas, en Viña del Mar, Chile, blanco y negro, y le ablandé el corazón, así que sonrió pa’ la foto. Pero lo que pasó es que lo agarré en una zona de prensa, y era como medio fuera de lugar que un periodista le pidiera una foto a otro, pero entendió...

Mi mayor decepción como hincha de Católica es el ‘94, lejos. Y mi mayor alegría, el 2016 con Audax. De ahí parte todo, un antes y un después. Se acabó lo de los segundones. Pasa que cuando volví a Chile decidí no comentar partidos por un tiempo, porque estaba muy fuera del fútbol, llevaba cinco años en Argentina, y dije ya, voy a ir un par de años al estadio como hincha para reencantarme. Volví y perdió esos campeonatos increíbles... el que gana Cobresal. Y cuando pasó eso, del 2016, volví a comentar. De hecho, empecé en la radio al final de ese mismo año.

Yo creo que no hubo penal a Salas contra Cobresal y que Gorosito podría no haber sido expulsado... Pero independiente de eso, Católica perdió puntos muy importantes antes. Se puso sola en una posición incómoda, y eso fue cuando no estuvo el “Beto” Acosta suspendido por el combo a Musrri, y que fueron pocas fechas digamos. El partido con Regional Atacama es imperdonable para mí, lo que hizo Pellegrini. Pero ese campeonato también, si uno lo empieza a revisar hubo un penal que nos regalaron contra Osorno en San Carlos de Apoquindo. O sea, para mí no es robo. Más allá de que Imperatore pudo no haber cobrado ese penal y era linda una definición, pero no fue robo.

La Interamericana fue el primer título que festejé en cancha. Estuve ahí, así que fue espectacular. Me pasé a la cancha, mi papá se fue, me dejó en el estadio, me tuve que devolver caminando. Pero tuvo valor, es un título internacional. Llegó medio de rebote, pero fue un buen partido. No es el título más importante, pero tiene valor.

¿A quién le tengo más ganas... la “U” o Colo Colo? No te puedo decir. Paso.

Del rival un jugador que me hubiera gustado en Católica, Salas. Es que si Salas no juega el ‘94 en la “U”, no salen campeones. Charles Aránguiz también. Marcelo Díaz, un crack. Crack y simpático. Díaz te diría, de hecho. ¿De Colo Colo? Chupete Suazo, extraordinario.

“Beto” Acosta es mi ídolo como hincha, lejos. He tenido la oportunidad de conocerlo y de compartir con él. Un crack.

Lo más difícil del periodismo es que a veces cuesta hablar de lo mismo. El lateral derecho de Colo Colo me tenía chato. Por suerte llegó Opazo. No sólo le solucionó un problema a Quinteros, también a nosotros. Ya el tema del lateral derecho en Colo Colo no se habla más, jajaja. De hecho, hay gente que cree que no soy de Católica porque, como hablamos todo el día de Colo Colo y la “U”, me retan. ¡Ya, po hueón, ¿cuándo?! Pero así es el negocio.

¿El mejor momento de mi carrera? Pucha qué diféeeeeecil. Yo creo que la Copa Confederaciones con TVN. Fue muy subvalorado pero hice mucho. Fui hombre orquesta, hice transmisiones solo y fue muy bonito. Fui solo, hice de productor, de periodista, de camarógrafo. Se me ocurrió llevar cosas de youtuber que tenía, y hubo una transmisión entera que salí al aire con un teléfono.

La mayor decepción fue que no me llevaran al Mundial de Brasil 2014. Fue feo, muy feo. A esas personas nunca las perdonaré.

No me arrepiento de nada como periodista. Todas las experiencias sirven.

Me carga cuando me piden elegir al mejor jugador de la historia, es un ejercicio injusto. Las reglas del fútbol han cambiado... los mercados han cambiado. Yo creo que el más exitoso, si lo medimos por carreras, es Arturo Vidal. Pero mi favorito es Zamorano, lejos. Para mí, Iván Zamorano.

Era el momento de Medel para volver a Católica. Yo creo que a veces es mejor no hablar. Si no va a cumplir las cosas que promete, mejor no hablar.

Bielsa no es el mejor DT de la historia, por ningún motivo. Para mí, el mejor es Sampaoli. Bielsa formó muy bien un equipo, pero esa generación necesitaba alguien que los llevara más allá. Y Sampaoli fue el hombre. Con los años iremos valorando lo que fue ese título del 2015, que hoy se ve muy lejano.

Para mí, Colo Colo sale campeón este año. Una vez que se enfoque en el campeonato, no lo paran. Y creo que Damián Pizarro va a terminar haciendo muchos goles.

No me encasillo con ninguna creencia religiosa ni política. Estoy abierto a escuchar opiniones y a encontrar que esas opiniones o esas enseñanzas puedan ser correctas, pese a que yo no las crea o que no las conozca. Yo fui criado de una manera en que ésta es la verdad, así hay que ser... y ahora, la verdad, si escucho algo que me convence y es inteligente, me da lo mismo de qué lado venga, lo tomo, trato de aprender de eso. Es lo que más ha cambiado de mi vida, lejos. Aprender a escuchar y tomar lo valioso, que de repente te puede sorprender.

Me gustaría que en la sociedad chilena no hubiera tanto prejuicio. Yo no lo tengo pero entiendo que existe y que es una de las razones que nos diferencia de Argentina. Lo que me gustaba de Argentina era la mezcla social. Yo tenía amigos de Sarandí, de barrio norte, de todos los lugares, de Olivo, Liniers. Allá no existe ese tema. Nadie se preocupa de qué barrio eres, dónde vives, a qué colegio fuiste.

Soy como Larry David en Curb your enthusiasm. Me puedo molestar por, hueón, no sé, una fila... me carga la gente poco respetuosa. Pero puras idioteces. La señora que no te deja pasar, ese que se pega. Puedo pelear mentalmente por eso. Ese personaje me identifica, señor cascarrabias pero por idioteces.

Soy calentón, pero mientras se sigan las reglas, estoy tranquilo. En el fútbol, me pegan un montón. Tengo los dedos con las uñas negras, de pisotones, aunque entiendo que son jugadas. Pero si pasa que alguien me tira una patada porque sí, como a la pasada... el otro día fui a buscar a uno, pero me agarraron entre todos. Y yo no soy de pelear. Con mi hermano nos peleábamos harto, a combos, pero de chicos.

La mayor satisfacción de mi vida es ser papá. Y el dolor más grande es lo de Juan, sin dudas, no te tengo una descripción para eso... siempre va a estar conmigo. Pero ser papá es espectacular y ser papá de nuevo, pensé que me iba a costar más pero lo he llevado bien. Estoy siendo papá de una hija de 19, que entró a la universidad, y de un niño de 1 año y 7 meses, que parece de 5, y está entrando al jardín. Entonces son dos etapas muy distintas.

Si no me dedicara al periodismo me hubiera gustado ser actor. De cine me habría gustado. O comediante, pero en el fondo lo estoy haciendo. Y son cosas compatibles.

Con el standup me ha ido súper. Lo he ido trabajando, hasta me presenté en Monticello como parte de un festival de comedia futbolística. Fue decisión mía empezar. Vi un documental de Garry Shandling, que había muerto, lo hizo Judd Apatow, y vi que el tipo se parecía mucho a mí, como muchas notas y cosas... y había escuchado mucho, así que dije ya, me voy a animar. Así que fui un día al Comedy, se había acabado el show, estaba Rodrigo González y me dijo ven la próxima semana. Empecé a subirme y empecé a trabajar en un show, y ese show lo he ido perfeccionando, lo voy modificando, porque es un poco de actualidad. Pero ahí estamos, bien. Ya van más de diez shows pagados.

Un apodo mío que no se sepa: Chano. Me decían así en el colegio cuando salía jugando de último, como Chano Garrido. No me parezco en nada.

Fui a ver a Jerry Seinfeld en Nueva York y le hice una pregunta en un teatro de cinco mil personas. Le grité en un inglés más o menos, qué opinaba del fútbol. A Jerry. Y le interesó, porque Jerry Seinfeld daba la vuelta y le preguntaban siempre lo mismo, su capítulo favorito, que haga Hello Newman. Le grité “¡¡¡What do you think about soccer?!!!”. Y el hueón dice, “Who was that?”. “¡¡¡Soccer, the sport!!! What do you think about it?”. Y el hueón se interesó, me hizo un par de preguntas de vuelta, tiró una buena talla. Fue mi momento de gloria. Aparte teatro lleno, cinco mil personas.

Mi sueño es poder viajar gracias a la comedia. Me gustaría ir eligiendo yo el lugar. Pero estoy en pañales. También me gustaría hacer una película. Primero, actuar en una me encantaría. Pero tengo un guion, un proyecto de guion que hay que trabajarlo más, sobre un viaje a las Torres del Paine, antes de que se muriera mi mamá, que está bueno.

No soy cabalero, cero.

Mi frase favorita es “You gotta go, you gotta go”, cuando va a matar Al Pacino a Sollozzo y al capitán Marc McCluskey. El hueón pide permiso pa’ ir al baño, el policía duda y le dice tenís que ir, tenís que ir. Lo digo mucho.

Mi picada favorita es el Liguria. Es súper estándar, pero nunca falla.

Fui vendedor de sitios web y trabajé en una empresa de capacitación Sence.

Mi primer sueldo lo gasté en un DVD, un equipo. Costaba 245 lucas, hueón. Y ahora... increíble.

Me gusta correr mucho. Hago mucho deporte, al menos una hora diaria muy fuerte. Estoy tratando de ir cada vez más fuerte ahora que volví al fútbol.

Me gusta mucho INXS. Y la música hasta el año 2000 aproximadamente. Rock, un poquito de pop, no mucho más.

¿El mejor concierto al que fui? INXS en Chile, 1994. Agarré dos uñetas.

Una película con la que lloré fue Manchester by the sea. Puta la película terrible... pero por razones personales. No, lloré mal. No puedo ver más esa película, es atroz.

Mi serie favorita es Seinfeld, y se sostiene increíblemente. Pero en general me gustan series como Barry, de HBO, que es de un asesino a sueldo que termina metiéndose un poco en la actuación. Me gusta el humor negro harto.

Creo en el horóscopo, pero en la carta astral seria..., no en el horóscopo de la Revista Ya. Soy libra... no cacho tanto pero una vez me leí la carta astral con alguien muy bueno y fue brutal: ocurrió todo lo que me dijo y me leyó perfecto. Me identificó mucho con mi admiración por el guerrero e ídolo. El guerrero, los Massú, los rústicos, los que les cuesta más, son los que admiro. No hay caso. Al que le sale todo muy fácil, no me provoca placer. Me gusta más ver a Nadal que a Federer.

Si pudiera tener un superpoder sería volver al pasado. Ir solucionando pequeños errores. Pero poquito... como cuando uno juega The last of us y puedes volver un poquito en la etapa.

Tengo placeres culpables de todo tipo, pero uno es Juan Gabriel. Mi playlist tiene Green Day, INXS, puras canciones de rock, ACDC, y de repente... Juan Gabriel.

El trago favorito varía pero hoy cerveza, lejos. Estoy tomando i-pi-ei (IPA), jaja. Pero varía.

Mi comida favorita es el crudo, el tártaro. Pero sin limón.

Si pudiera invitar a tres personas de toda la historia a un asado —con copete— serían José Mourinho, Bill Burr y Bill Murray. Mourinho porque lo quiero conocer... Bill Burr porque es mi comediante favorito y Murray, porque es mi actor favorito.

Manuel De Tezanos Pinto es una persona confiable. Honesta, una persona leal. Buen papá.

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