La historia de Sebastián González, el ‘heredero’ de Bárbara Hernández que busca la Triple Corona en natación

Sebastián González, nadador chileno. Foto: Fechida - Facebook
Sebastián González, nadador chileno. Foto: Fechida - Facebook

El deportista antofagastino ya completó los desafíos de Manhattan y la isla de Santa Catalina en California. Su próxima meta es en el canal de la Mancha, e igualar el hito conseguido por la Sirena de Hielo, quién se ha transformado en una mentora para el nortino. Luego vislumbra objetivos mayores, como ir al estrecho de Gibraltar o dar la vuelta a la Isla de Pascua.

Entre la isla Santa Catalina y la costa de California hay 35 kilómetros de distancia. Un recorrido largo que solo algunos avezados se han atrevido realizar nadando. Este es el caso de Sebastián González (23), un joven de Antofagasta que busca quedarse con la Triple Corona, un reconocimiento que otorga la Asociación Mundial de Aguas Abiertas a los deportistas que logren nadar en la isla de Manhattan, la mencionada distancia de Santa Catalina y el canal de la Mancha. El chileno ya hizo los dos desafíos llevados a cabo en Estados Unidos.

Desde Los Ángeles, el nadador atiende a La Cuarta y relata como vivió este segundo reto. Durante la noche del jueves 18 de julio, el nortino se lanzó a las heladas aguas para completar el reto en un tiempo de 10 horas y 11 minutos. “Estaba muy nervioso. Nunca había nadado de noche en travesía, solo en entrenamientos, así máximo media hora. Ahora era toda la noche, así que igual me quedé un poco ansioso, también por la temperatura del agua. Por suerte antes de viajar, en Antofagasta estuve yendo a entrenar a la playa, así que ahí nadé con agua helada. Ahora lo estoy disfrutando caleta”, cuenta.

El hito hace que cambie su perspectiva del nado nocturno. “Ahora podría decir que es mi horario favorito. Me gustaba todo el tema de cómo se veía el kayak con las luces, el bote, que igual tenía un par de luces. Me gustó mucho eso y la tranquilidad. Se me pasaron rápido las primeras ocho horas y media. Después comencé con un par de dolores. En este nado, la distancia común son 32 kilómetros, y yo hice 35 kilómetros. No hicimos la línea recta, hicimos un poco más. Pasándolo a tiempo, es casi una hora más”, relata.

Sebastián González
Sebastián González completó el reto del canal de Santa Catalina en 10 horas. Foto: Cedida

González estuvo acompañado de su equipo, compuesto por Andrea Varas, Catalina Núñez, quienes estuvieron a cargo de todo el ámbito audiovisual, Germán Fritz, como traductor, y Andrés Mellado, quiropráctico. Ellos escoltaron al nadador en su aventura y también dan su perspectiva de lo vivido en California. “Dependiendo del clima, de la situación y del capitán, se decide en qué playa se va a terminar el cruce. También se decide en qué playa va a iniciar el cruce. A todos les interesa que sea una playa que no haya gente, que permita que haya una gran orilla, que sea hecha de arena principalmente, no de tanta roca. Todo para que el nadador pueda iniciar y terminar fácilmente”, explica Fritz a la hora de abordar la ruta escogida.

“Si hay cualquier persona que lo toque durante el nado, se cancela todo. Sin importar cuántas horas o cuánto esfuerzo dedicó. Todo este proceso de ver qué playa y qué camino tomar, que lo ve el capitán, define cuántos kilómetros pasaron. Por eso al final fueron 34,8 kilómetros con fracción, rodeando ahí los 35″, agrega.

Con la Sirena como mentora

Sebastián González aprendió a nadar a los cuatro años, a competir a los ocho y decidió pasar a las aguas abiertas a los 15. Cuando iba con su familia a la popular playa Juan López soñaba con nadar desde ahí hasta el Balneario Municipal. Una hazaña que logró a los 17 años. Desde entonces, Bárbara Hernández se ha transformado en una suerte de mentora para el antofagastino. “Logré la segunda corona de tres. Eso igual me tiene contento. Estoy en camino a ser el primer varón chileno en conseguir la Triple Corona. Con Bárbara nos conocemos hace varios años. Ella fue la que más me incentivó en toda esta travesía. Para el año pasado en la vuelta de Manhattan también me ayudó, me dio algunos consejos. De hecho, hasta el mismo día estaba hablando con ella. Me iba motivando, me iba dando los últimos consejos”, cuenta.

Desde hace tres años que sueña con lograr la Triple Corona. El deportista afirma que el segundo nado fue más complejo, debido a las condiciones climáticas y a los dolores que fueron apareciendo. “Antes de viajar acá a Estados Unidos, fui a nadar a la playa en la madrugada en Antofagasta, para conocer un poco las sensaciones. Acá al principio estaba nervioso cuando iba en el bote. Fue un trayecto de una hora y media desde el muelle hasta la isla. Ahí tenía que aprovechar de dormir, pero iba tan nervioso que no podía. Cuando salté al agua y estaba todo el equipo motivándome y lo disfruté demasiado. Estaba todo oscuro, no veía casi nada. A lo más veía el kayak, porque iba con unas lucecitas. Iba nadando y tocaba muchas cosas en el agua, pero como no las veía, no me asustaba. Así que asumo que eran algas. No me dio miedo. Después se fue amaneciendo y empezaba a ver algunas cosas en el agua. Por ejemplo, medusas. Trataba de correrme para que no me picaran e igual me picaron algunas”, recuerda.

Tenía claro el panorama, pero igual debió sortear dificultades: “Cuando bajó la temperatura del agua, los dolores eran fuertes. Me iba mentalizando, sabía que en algún momento el agua iba a bajar. Por lo que Bárbara me había comentado, bajaba dos grados. Yo pensaba que eso me iba a ayudar, porque con el frío se adormecen los hombros. Al final, la temperatura bajó cuando quedaban tres kilómetros. No sé si habrá sido algún efecto mental o realmente el agua fría hizo que no me doliera tanto. El agua se puso helada y me puse a nadar más rápido para no perder tanto calor”.

Un camino complejo y sus próximos desafíos

Para llegar a California, González no solo debió superar los obstáculos deportivos que van apareciendo en el camino. También tuvo que pasar por la compleja etapa de buscar el financiamiento necesario para el traslado y todo lo que conlleva un desafío de esta clase. “En el primer nado nos costó el tema de buscar financiamiento. Por suerte ya estamos un poquito más consolidados con los auspicios, pero aún falta, de hecho, todavía no tengo auspicio para el siguiente. A los interesados les digo que escriban a mi Instagram. Llegando a Antofagasta, tengo que comenzar a hablar con las empresas a ver si nos logran ayudar. Este año tuvimos el apoyo de empresas, el aporte de ellos sumaron para poder lograr llegar. No es que una empresa haya dado un monto gigantesco para poder hacerlo. Varias dieron su aporte. Todos ellos ayudaron a que esto sea posible. Todos ellos fueron sumando y se logró esto”, describe.

Desde el equipo enfatizan en que esperaban una respuesta más positiva en la búsqueda de los auspicios: “Nosotros somos del norte y la minería no se hizo partícipe en los apoyos. Nos rechazaron, en realidad. Dijeron que no es un deporte que va a lograr un impacto social. Imagínate la respuesta. O sea, que no generará un impacto social... estamos hablando de un hito mundial. Las mineras nos rechazaron y tuvimos que dedicarnos a microempresas y a medianas empresas. Solo una compañía grande nos apoyó”.

¿Cuándo irá por la tercera corona? González ya le pone fecha a su viaje al canal de la Mancha: “Es la primera vez que lo vamos a contar. Será en julio del próximo año, tenemos una ventana de una semana. Dentro de esos días tenemos que estar listos. Te dan una semana completa en la que tienes que estar listo durante todo el día, porque durante cualquiera de esos días el capitán del bote me va a decir ‘Sebastián, hoy se nada, nos vemos a tal hora en el bote’. Eso es de acuerdo a las condiciones del clima y de acuerdo a las condiciones de las corrientes”.

“El canal de la Mancha son 33 kilómetros en la distancia más corta. Así que todo depende de las condiciones del mar y del clima. El agua va a estar similar que acá, probablemente uno o dos grados más baja. Por suerte en Antofagasta tenemos temperaturas de 13 o 12 grados. Eso sirve harto. Así que vamos a hacer todo ese mix entre ir a entrenar a la piscina e ir al mar para aclimatarme a la temperatura”, agrega.

El nadador, además, ve más allá de la Triple Corona y ya piensa en algunos hitos que completar. “En el estrecho de Gibraltar estoy en lista de espera. Así que es muy probable que el próximo año me toque nadarlo. En diciembre de este año van a avisar. Como llevo cuatro años de espera y ese es el máximo, es probable que me toque”, da a conocer.

También quiere dar la vuelta a Isla de Pascua que requerirá un trabajo extra para todos en el staff. La vuelta a Rapa Nui solo la ha dado la sudafricana Sarah Ferguson, en 2019, y ese mismo año el chileno Cristián Vergara lo intentó, pero tuvo que abandonar antes. “Ese es un desafío grande. Son aproximadamente 19 horas nadando. Solo una persona en el mundo lo ha logrado. Así que terminando la triple corona, nos vamos a poner en mente o más bien a buscar los financiamientos para lograrlo. Antes del nado queremos ir a la isla para que la gente allá nos conozca, pedirles el permiso para lograr hacerlo, porque en verdad la isla es de ellos. Ellos son los que nos tienen que autorizar. Tenemos que ir a un viaje antes, de tres días o cuatro días. Para conocer a la gente y que la gente nos conozca. Antes de comenzar con todo el papeleo, todos los trámites de la Armada de Chile, todos los trámites que hay que conseguir para poder nadar. Queremos primero tener el permiso de los habitantes, de los dueños de la isla”, puntualiza.

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