El escolta lideró a los de Houston que sacaron a relucir la peor faceta de Golden State.
Una noche de ensueño vivió James Harden. El escolta apareció cuando más lo necesitaban los Rockets para aportar un doble-doble de 38 puntos y 10 rebotes y cuatro asistencias.
Presenación clave que le permitió a su equipo ganar por 112-108, igualando 2-2 la serie ante los Warriors de Golden State por las semifinales de la Conferencia Oeste.
El encuentro que estuvo cargado de suspenso hasta el último segundo del partido. Es que a falta de menos de dos minutos los Rockets tenían dominado por nueve puntos de ventaja, pero los Warriors con un triple de Curry se colocaron a sólo dos tantos por debajo (110-108) y con 19 segundos por jugarse.
Ahí fue cuando Harden pidió el balón y con 11.5 segundos por jugarse, forzó una falta personal. Todo parecía sentenciado. El hombre de la barba anotó el primer lanzamiento, pero falló el segundo y el rebote defensivo fue para los Warriors, que iban a disponer de la última oportunidad de forzar al menos la prórroga.
La estrategia de los Warriors fue que Kevin Durant fuese la primera opción con el intento de triple, pero falló. El rebote ofensivo fue para Golden State y luego el balón llegó a Curry, quien intentó el segundo triple en busca del empate, aunque también falló.
Esta vez, el rebote defensivo fue para los Rockets y el base Chris Paul anotó los dos tiros de personal que aseguraron la victoria para los locales. "Ahí estuvo la clave del triunfo, el no perder la concentración en los momentos decisivos. No importa lo que señale el marcador, tienes que olvidarte de todo y seguir centrado", recalcó Harden, que fue elegido como la figura del match. Ahora la serie vuelve a la casa de los Warrios el próximo miércoles.