El ídolo español del tenis arribó a Chile durante la tarde del jueves. Se alista para jugar ante el Alejandro Tabilo por la Copa Museo de la Moda. En su primer encuentro con la prensa, respondió a todas las consultas, desde el nacimiento de su primer hijo hasta la posibilidad del retiro. “La temporada para mí no fue pesada, mentalmente sí, pero físicamente fue muy liviana”, comentó sobre su presente en una instancia no exenta de tensiones.
Larga es la espera. La conferencia estaba pactada para las 13:30 y se ha retrasado más de una hora. ¿La estrella? Rafael Nadal, uno de los más grandes tenistas de la historia y que, a sus 36 años se sostiene en el 2° lugar del ranking ATP.
Mientras, un reportero comenta que el tenista “es padre de familia, a lo mejor fue al Mampato de Las Vizcachas con la familia”, en busca de explicaciones por la demora. Luego, con una alta cuota de sarcasmo, otra periodista dice sobre Nadal: “Quién se cree”.
El español viene desde Buenos Aires, Argentina, tras derrotar al noruego Casper Ruud (3°) en el primero de una serie de duelos de exhibición. La segunda parada es en Santiago, para jugar el viernes a las 22:00 horas ante el chileno Alejandro Tabilo (86°) por la Copa Museo de la Moda.
Pero, antes, la tarde del jueves en el Hotel Regal Pacific de Las Condes, lo primero tras su arribo en el aeropuerto es el encuentro con la prensa.
Finalmente, tras varios minutos de retraso, los protagonistas aparecen por un costado del mesón donde se encuentran los micrófonos: el presidente del Museo de la Moda, Jorge Yarur, Alejandro Tabilo, las figuras del tenis en silla de ruedas, el argentino Gustavo Fernández (2°) y el español Martín de la Puente (1°), y por supuesto, Nadal.
El arranque
El salón se llena de aplausos y los flashes de las cámaras se desatan mientras las figuras toman asiento. Nada sonríe, acaso nervioso.
En cuanto a torneos oficiales, viene de ser eliminado en fase de grupos del ATP World Tour Finals. “El resultado no fue bueno”, comenta de entrada con la primera pregunta.
Pero el foco de la pregunta estaba en el nacimiento de su pequeño y primer hijo junto a Mery Perelló a inicios de octubre. “Bien, perfecto”, dice, saliéndose de la faceta competitiva. “Al final, es una nueva etapa de la vida, bonita, diferente; y como todas las cosas que ocurren en esta vida, nos cambian y necesitamos un proceso de adaptación”.
Y reflexiona sobre la paternidad:
—De alguna manera, supongo que al ser el primero, siempre (estás) con más preocupación, un poco más de atención a lo que ocurre cuando ya has tenido algunos. El primero siempre es un poquito más de agobio, pero en general disfrutando mucho, sobre todo porque algunas semanas puede viajar conmigo.
Luego, viene una consulta sobre el vínculo entre la moda y el arte. Y Jorge Yarur responde, para luego dar paso al español, quien dice que “siempre van unidos”, porque “necesitamos los materiales más adecuados para rendir al máximo nivel, y podamos estar pensando las cosas que tenemos que estar pensando, que es jugar”.
Alguna vez, el catorce veces campeón de Roland Garros marcó tendencia por usar shorts bajo la rodilla y camisetas sin mangas.
Balance
Nadal tuvo una partida de temporada “muy buena”, tras coronarse en el Abierto de Australia, Acapulco y llegar a semifinales de Indian Wells, donde se le produjo una fractura de estrés en la costilla. “De ahí en adelante, pues, sí, la temporada estuvo más complicada, con distintas lesiones”, admite el español.
“Al final, en el balance general, sobre todo a estas alturas de mi carrera, lo que quedan son los títulos y las victorias; y un año en que se han ganado dos Grand Slams (también Roland Garros) y quedar 2 del mundo, a estas alturas de mi vida, creo que es un gran éxito”, destaca, con el fantasma del retiro de su clásico rival y amigo, Roger Federer, aún dando vuelta.
Ya pronto se pondrá a pensar en las “cosas que se han hecho mejor y peor” para “mejorar y potenciar” tanto a corto como mediano plazo.
Así transcurren los primeros minutos. Cuando no le toca responder, permanece inmóvil, solo mueve los ojos de un lado a otro. Cuando le preguntan, mira a los ojos, fijamente, a quien le está hablando.
—¿Pensaste en parar? —le pregunta un reportero.
—¿Cómo en “parar”? —contesta el tenista, sin entender la consulta.
—En el retiro o algo así…
—No, tuve un momento malo evidentemente después de Roma, un problema grande en el pie, como sabéis. Y lo dije en Roland Garros: nada nuevo.
A propósito de esas lesiones durante la segunda parte de la temporada, igual se la jugó con la gira de exhibición. Y otro reportero le pregunta qué es lo que lo “motiva” a venir hasta Sudamérica.
—La temporada para mí no fue pesada, mentalmente sí, pero físicamente fue muy liviana: cansado no estoy —aclara él de entrada—. El hecho de jugar un poco me motiva a estar aquí. Con Sudamérica tenemos una relación muy estrecha, por el idioma. Es muy especial jugar con públicos que no lo hago casi nunca.
La pregunta repetida
Después otro periodista saca a colación los rumores de un presunto retiro:
—¿Es seguro que te veremos en la temporada 2023 jugando tenis profesional?
Cuando una pregunta no le es de su agrado, por así decirlo, Nadal hace una mueca, tuerce la boca y cejas.
—Hombre, no estoy aquí anunciando una retirada —contesta—; por lo cual, si mi cabeza no cambia radicalmente en las siguientes tres semanas, mi intención es estar en Australia el próximo año.
De ahí le recuerden el holgado triunfo (7-0) de España ante Costa Rica en su debut futbolístico por la Copa del Mundo; respecto al tenis, le mencionan la caída del equipo español ante Croacia por Copa Davis.
—El Mundial empezó de la mejor manera posible, ilusiona, da confianza —contesta de buena gana—. Por otra parte, en la derrota del equipo, tenías a dos grandes rivales en frente, los dos podían ganar. Hemos ganado en los últimos veinte años, y ahora toca perder. Esa es la parte única que tiene el deporte: unos ganan, otros pierden; pasan de la victoria a la tristeza de forma muy, muy rápida.
Los chilenos
La siguiente pregunta va para Alejandro Tabilo, quien se muestra feliz previo a jugar en Chile contra “mi ídolo”, palabras ante la cual es español sonríe y se sonroja. Luego, otra vez el foco de la prensa va para Nadal:
—Sin ánimos de querer retirarte ni mucho menos… —introduce una reportera.
—Sí, ya me han hecho muchas preguntas de retirada —comenta él.
Ella pregunta si en el futuro “le gustaría ser coach o incluso coachear a tu hijo”. Respecto al escenario de su retoño recién nacido, él simplemente dice “ufff”, dejando ver que, de ocurrir, sería un escenario muy lejano. En tanto, sobre lo primero, plantea que “soy un gran aficionado al deporte en general”, aunque “no sé lo que pase en el futuro”.
El foco lo tiene en su carrera:
—Intentaré jugar tenis hasta que pueda.
No sabe lo que pasará después, solo que tiene claro que quiere estar “involucrado en el deporte”. En el último tiempo, tímidamente se ha metido en el golf, disciplina que “utilizo como hobbie, diversión; es muy social, me sirve para pasar tiempo con mi familia y amigos”.
De ahí alguien le pregunta por las principales figuras chilenas en el circuito, tanto por Tabilo como Cristian Garín, a quien enfrentó por primera vez en 2013 por el ATP de Viña del Mar.
—Para nosotros, los españoles, tener compañeros latinos en el circuito es muy bueno —expresa él—. De alguna manera nos sentimos mucho más cercanos a ellos que a muchos jugadores del mundo. En general el idioma es decisivo a la hora de entablar conversaciones, relaciones personales: te sientes mucho más cercano, culturalmente también. Tanto Cristian como Alejandro siguen siendo jugadores que tienen un futuro por delante muy importante. Les deseo muchos años en el circuito.
Sobre los cracks del pasado, a Nicolás Massú lo define como “un fenómeno”; de hecho, a fines del 2013 estuvo para la despedida del “Vampiro” del profesionalismo. En tanto, sobre el partido que más recuerda con un chileno, casi sin pensarlo, dice que la final de los Juegos Olímpicos del 2008 en Beijing contra Fernando González, a quien se impuso y se quedó con el oro. “El partido más importante para mí”, precisa.
La parada de carros
Acto seguido, otro reportero toma la palabra y arranca así:
—Muchas preguntas de retirada…
Sin que termine de hablar, Jorge Yarur alza la voz:
—Perdona que me meta, que interrumpa, que sea tan maleducado pero: ¿Le podrían hacer preguntas a otras personas? Yo sé que Rafael es súper importante, lo admiro. Sé toda la trayectoria de él. Pero también hay otros deportistas acá, que creo que sería más respetuoso hacerles preguntas, por último, por cortesía. Les pido por favor. Y le pido disculpas a Rafael, no quiero interrumpirlo.
Sin embargo, no se detiene ahí y critica: “Son preguntas repetitivas que le hacen a Rafael, y yo creo que él también se siente incómodo, pero creo que el sentimiento acá lo tenemos todos”. E insiste en su petición: “Por favor les pido que sean más inclusivos con todos los que están acá”, porque, por ejemplo, “Gustavo (Fernández) ha sido número 1 del mundo y también ha ganado Grand Slams y todo”.
“Por favor, les pido”, cerró.
Luego viene una pregunta para todos los presentes en la mesa de la conferencia. Y Nadal es el último en contestar, brevemente: “Mi hoja de ruta es la United Cup de principio de año y de ahí ya se irá viendo”, adelanta.
Y se da por finalizada la conferencia, sin margen para otra pregunta. Las figuras de la mesa se ponen de pie, y Jorge Yarur y Nadal se cruzan; a propósito de la intervención del director del museo, el tenista le dice a la pasada:
—Tienes toda la razón —. Y le pega unas palmadas en la espalda. Luego, firma algunos autógrafos en pelotas de tenis o gorras que trajeron especialmente los reporteros para la ocasión. Y se va tras una sonriente foto entre los cuatro tenistas.
Mientras, afuera del hotel, decenas de niños y niñas lo esperan ansiosamente, cargando bolsos, raquetas y pelotas gigantes, con la esperanza de conocerlo.