La gran diferencia que tiene Héctor Tapia con su antecesor, Pablo Guede, es el diagnóstico sicológico del plantel albo.
Mientras el argentino creía que la presión, sobre todo en la Copa Libertadores, afectaba a los jugadores de Colo Colo, el nacido en Macul la quiere usarla a su favor.
"Mientras más presión tienen, mejor juegan. Y lo demuestran en los clásicos, donde ganan -sin dudas- a rivales que juegan tan bien como nosotros", fue una de las primeras definiciones que dio Tapia al volver al Monumental.
Por lo mismo, inició una "guerra sicológica" que busca volver a "colocolizar" a todos sus dirigidos. Desde los más experimentado hasta los más jóvenes. Para ello, ha utilizado estas pocas horas al mando del Popular para repasar la historia del club en cada una de las instancias que tiene con los futbolistas y la importancia social que tiene el desempeño deportivo de la institución blanca para el país.
Discurso que no sólo se basa en su propia experiencia: si bien Héctor prácticamente nació en el David Arellano, también confía en lo que pueden aportar todos los estamentos del actual campeón del fútbol chileno.
"Nosotros somos un grupo grande en el cuerpo técnico y tratamos de pasar el mensaje en cada momento. Incluso me apoyo con los coordinadores, cancheros, funcionarios, ex jugadores... por donde ande el plantel en este estadio debe recibir ese mensaje", detalló el DT.
Paredes y Valdés, banca
Tapia sabe que no tiene tiempo para meterle mucha mano a lo futbolístico, por eso refuerza la arenga y una de sus frases más utilizadas es que "la gente debe sentirse orgullosa de los jugadores que tienen. Si ellos mojan la camiseta y existe solidaridad entre ellos, la gente lo nota".
Claro que, pese a prometer que iría "con todo" a jugar contra Curicó (hoy al mediodía en La Granja), cuidará a Esteban Paredes y a Jaime Valdés para el duelo copero del miércoles ante Delfín, en Ecuador (21:45 horas).
Segundo compromiso de un mes de terror para los albos, pues se jugarán el pase a octavos en la Libertadores (en tres mochas) e intentará alcanzar a la Católica en cinco batallas más.