Tras la catástrofe en Sapporo, la Selección está sin luz en el hotel y con el aeropuerto cerrado. Arturo Vidal tiene la rodilla sin dramas.
Lo que debería ser una fiesta deportiva se transformó en un paso en falso para la Roja. El tifón que azotó las costas japonesas, y el terremoto de 6,8°, dejaron al equipo chileno atrapado en el país oriental.
La escuadra de Reinaldo Rueda ha debido arreglárselas sin luz eléctrica y con el aeropuerto cerrado, la delegación chilena todavía no puede emprender viaje a Corea del Sur para el amistoso del martes en Suwon, a la 8:00 de Chile.
"Nos llegó la notificación de la federación japonesa, que decidió cancelar el partido de mañana por razones de seguridad del estadio. No hay claridad de cuándo puede volver la energía (eléctrica), por lo que decidieron cancelar el encuentro", dijo a los medios el vicepresidente Andrés Fazio.
Asimismo, el dirigente no supo responder cuándo podrían partir a su próximo destino, ya que "es difícil precisarlo, porque estamos en una situación donde el aeropuerto está cerrado y no hay notificación de cuándo puede volver a estar operativo. Estamos haciendo todos los esfuerzos para ir a nuestro próximo destino. Eso sí, hay una actitud positiva de los jugadores".
Al margen de los problemas logísticos, Arturo Vidal descartó que la lesión en la rodilla derecha sea algo grave: "Escuché muchas cosas y son todas mentiras. No tengo nada. Salí antes del entrenamiento para sacarme el viaje, fui al gimnasio e hice bicicleta. Me tomé 24 horas de viaje, después llegar acá y entrenar es complejo, pero está todo bien. Es una pena la cancelación".