El actual técnico de la Albiceleste pudo jugar en los cruzados al inicio de su carrera. De hecho, confesó que espera dirigirlos alguna vez.
Desde ya hace un tiempo que en Argentina parecen haber encontrado a su entrenador. Tras los fracasos que implicaron Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli, asumió un novel Lionel Scaloni, que precisamente venía de ser ayudante del “Sabio de Casilda”. Con él, la Albiceleste recuperó la memoria. Favoreció el recambio, armó una oncena que custodia mejor a Lionel Messi, y así, con el tiempo el combinado trasandino logró la Copa América 2021, la Finalissima y un invicto que duró más de tres años y 36 partidos.
En Qatar, Arabia Saudita les asestó un mazazo improbable: los venció en el debut y trajo consigo un montón de dudas. Pero aun así, Argentina se levantó a tiempo y, de la mano de Messi y Enzo Fernández, consiguieron tres victorias consecutivas que ahora les tiene en cuartos de final, a la espera de Países Bajos.
Este rendimiento llevó a que los fanáticos argentinos apodaran al seleccionado como “La Scaloneta” y creen firmemente en que el exlateral izquierdo será el encargado de llevarlos a levantar su tercera Copa del Mundo.
Argentina es el primer gran desafío en la carrera de Scaloni como entrenador. Antes, como futbolista, tuvo la oportunidad de jugar en Newell’s, Estudiantes de La Plata, la liga española, Premier League e incluso el Calcio italiano… y, aunque no muchos lo saben, pudo jugar en el fútbol chileno.
Sí, como leyó: el artífice de esta selección trasandina tiene una suerte de vínculo con Universidad Católica, cuadro en el que incluso pudo debutar en el profesionalismo. Él mismo lo contó hace un tiempo:
“Cuando tenía 14 años, estuve a punto de irme a jugar a la Universidad Católica. Estuve dos días en San Carlos de Apoquindo. Era Gino Valentini el manager. El nombre del entrenador ahora no me acuerdo. (Fernando) Carvallo me parece que se llamaba. Fuimos con mi viejo. Viajamos desde mi pueblo en auto dos mil y pico de kilómetros. Una locura”, le confesó a La Tercera hace tres años.
Y luego reveló que “había pasado la prueba. Yo estaba encantado, pero mi ficha era de Newell’s y no me dejaron salir. Nunca me olvidé de ese par de días. Quedé enamorado de cómo es el club, del lugar dónde se encuentra. Me brindaron todas las comodidades”.
Entonces vino el deseo que, por qué no, puede ilusionar en un futuro a los cruzados: “Por eso alguna vez me gustaría dirigir a Católica”.