Ex entrenador analizó la clasificación de la Selección Chilena.
En medio del complejo momento que enfrenta el fútbol chileno a nivel de selecciones, la clasificación de la Sub 17 al Mundial de Qatar fue una especie de bálsamo.
El conjunto de Sebastián Miranda hizo la pega y consiguió el pase a dicha cita deportiva, cuestión que de inmediato trajo a la memoria lo que hizo el combinado nacional de la categoría, cuando quedaron terceros en el Mundial de Japón 1993.
En aquella oportunidad, cuando los futboleros madrugaron para ver la hazaña de un equipo capitaneado por Sebastián Rozental, y que tenía en su plantilla jugadores de talla de Manuel Neira, Frank Lobos y Héctor Tapia, no fueron pocos los que soñaron con el título.
Por lo mismo, las buenas actuaciones de la actual Sub 17 alimentan la esperanza de realizar un buen cometido en tierras asiáticas.
Con todo ese contexto, uno que alzó la voz para analizar el presente de la Rojita fue Pollo Véliz, quien precisamente fue el deté que consiguió ese tercer lugar en Japón, hace ya 32 años.
“No son comparables. No veo un Rozental o un Neira“, planteó a El Deportivo de entrada, aunque no a modo de crítica, sino más bien de elogio.
“Esta selección se sostiene más que todo en el fútbol colectivo. Los chicos saben a lo que juegan. El que actúa por el sector derecho (Martín Jiménez) es fuerte. Hay chicos que se atreven a pasarse a un jugador. Los míos lo hacían”, complementó en finaliza de la Copa Libertadores con Colo Colo, el año 73.
Eso sí, el Pollo pone los pies sobre la tierra y llama a la calma, pues todavía queda por medir algunos parámetros. “Ahora los quiero ver contra los brasileños. Lo importante es que no se les vayan los pajaritos a la cabeza”, expuso.
Tras cartón, fue consultado sobre qué jugadores de esa recordado generación “se le fueron los pajaritos” a la cabeza. “A (Frank) Lobos, que lo llevaron a Viña. A (Manuel) Neira. Y los demás eran chicos normales. Eso de los pajaritos es relativo…“, indicó.
Por último, compartió una profunda reflexión sobre cómo llevar a los más jóvenes a un nivel más estelar y protagónico.
“El impedimento fue que en sus clubes se toparon con jugadores extraordinarios. Gorosito, Acosta, Barrera en la UC; en Colo Colo, Etcheverry, Basay, Yáñez, Barticcioto y Espina. Cuándo iban a jugar. Pekerman, quien trabajaba en el club, planteó que había que darles opciones, pero Colo Colo exige triunfos inmediatos. Y no existían ni los representantes. Solo existía el Guatón Vergara. Hay una presión del medio, también. En la elite, como en el Barcelona, los van poniendo de a poquito. Esa suma de poquitos da resultados. Llevarlos a la concentración, que se vayan metiendo en esto, con los grandes", señaló.
Por último, recalcó que “el trabajo sicológico es clave. Leí que Miranda les quitaba el teléfono para que durmieran. Yo también les saqué los teléfonos fijos de las habitaciones”.