La fundación ofrece su ayuda a ByN para solucionar el problema de visibilidad en el Monumental para la gente en silla de ruedas. Afectados relatan su experiencia.
La imagen que acompaña esta nota se capturó en la tribuna Océano del estadio Monumental el pasado miércoles, y se viralizó en las redes sociales.
La alegría del triunfo rápidamente se transformó en indignación y Blanco y Negro tuvo que dar explicaciones ayer por la mañana. "Las personas que aparecen en la fotografía no se encuentran en el sector habilitado especialmente para ellos", expresaron en un comunicado. Y luego -junto con lamentar la situación- anunciaron que trabajaran "para que este tipo de situaciones no se repita".
Fue entonces, cuando la sociedad anónima recibió un ofrecimiento que conmueve: la Teletón quiere asesorarlos para que nunca más una persona en silla de ruedas se pierda un duelo del Cacique.
"Desde ya ofrecemos nuestra experiencia y conocimientos para quienes lo necesiten y así puedan realizar las adecuaciones que permitan que todos podamos disfrutar de recitales, de partidos de fútbol o de eventos con gran afluencia de público", nos respondieron de la fundación más querida por los chilenos.
Los testimonios
De concretarse la ayuda, uno de los más felices será Darío Ortiz. El joven de 25 años y que aparece al centro en la foto principal le confesó a La Cuarta que lo pasó mal el miércoles por la noche.
"No vimos nada en todo el primer tiempo. Ni siquiera el gol. En realidad sentimos mucha impotencia, pues siempre nos pasa lo mismo y tampoco hay empatía de la gente", detalló el afectado.
Acto seguido, Ortiz aseveró que "el comunicado que mandó Blanco y Negro me parece erróneo, porque nosotros nos tuvimos que colocar en ese lugar pues el espacio asignado para las personas con discapacidad estaba lleno".
Algo que es ratificado por Mario Rojas, quien acompañó a su padre Juan hasta el mencionado sector. "Es muy pequeño el lugar y al partido llegaron más de 38 personas en sillas de rueda y no caben ni 20. Por eso entre varios hinchas los acomodamos y a quienes salen en la foto, que se nota que siempre van al estadio, los tuvimos que poner un poco más allá. Pero ni ellos ni nosotros pudimos ver el partido tranquilos, porque la gente se para y no hay cómo explicarles que no dejan ver", expresó.
"Lamentablemente esto no pasa sólo en los encuentros de alta convocatoria. Muchas veces tenemos que terminar mirando la pantalla, poque la visibilidad no es la adecuada y sólo en Océano existen ramplas para las sillas", concluyó Darío, quien no pudo caminar más desde que fue apuñalado el 2009.